Capítulo 13

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Cuando Jimin despertó la mañana del viernes, no estaba seguro si lo que había pasado era real o no. Sin embargo, una cosa de la que estaba absolutamente seguro era que su pijama de algodón estaba pegajosa e incómoda. Jadeó cuando se los bajó en el cuarto de baño y vio lo que tenía; se había corrido en sus calzoncillos. Sentía como si pudiera llorar de rabia y frustración.

El hecho de que había soñado con Yoongi besándolo no tenía nada que ver con eso, ¿verdad? Se estaba volviendo loco y tenía que estar abajo para el desayuno en quince minutos.

«Ahora no es el momento para una crisis gay. ¡¿Quién dijo algo sobre ser gay?! Oh, Dios mío, me iré al infierno. Y todo es por culpa de Min Yoongi».

Jimin se hizo la promesa a sí mismo de no hablar de Yoongi nunca más; eso podría empezar tan pronto le entregara su chaqueta. Y para ser honestos, era un poco injusto que la chaqueta oliera tan bien. La guardó en su mochila antes de arreglar su cabello y la corbata frente al espejo una última vez, para luego ir a la cocina.

Estaba tan desconcentrado sobre lo que pasaba a su alrededor, que no se dio cuenta de que su madre le había hecho la misma pregunta dos veces.

—Perdón, ¿qué?

—Tú y Jennie cumplen cinco años juntos el próximo viernes. ¿Estás planeando algo especial para ella?

—Uh... no lo sé. ¿Tienes alguna idea?

—Bueno el año pasado se fueron a París por el fin de semana, así que, ¿tal vez podrías llevarla a Roma esta vez? ¿O a Berlín tal vez?

Francamente Jimin no quería ir a ninguna parte con Jennie este año, solo quería quedarse en casa y tal vez invitar a algunos amigos, como lo hicieron para su tercer aniversario.

—Estoy pensando en una fiesta ¿tal vez? Como con… amigos de la escuela.

—¿Una fiesta?

Jimin se encogió de hombros y asintió, preguntándose si le permitirían invitar a Jungkook y Namjoon. Yoongi estaba absolutamente desinvitado, prohibido y bloqueado todo paso a su casa; Dios sabrá qué iba a romper o robar si siquiera ponía un pie en el lugar.

—Tengo una sorpresa para ti Jimin. —Su padre dijo cuando él estaba casi terminando el desayuno.

—¿Si? ¿Qué es?

—He hablado con tu director y me dijo que lo estás haciendo extremadamente bien en la escuela, así que decidí darte tu regalo de cumpleaños por adelantado.

Los ojos de Jimin se abrieron en grande. —¿Qué? Quieres decir...

—Sí, puedes tomar el Lamborghini mañana por la tarde para dar una vuelta. Tu madre y yo tendremos que estar en el recital de tus hermanos, y pensamos que preferirías probar tu Aventador. He tirado algunos hilos con el gerente de la escuela de manejo y me dijo que te podrías tomar la prueba hoy, después de la escuela.

—¡Sí! ¡Oh Dios mío! ¡Gracias, papá! —exclamó Jimin y saltó de su asiento para abrazar a su padre.

—No me agradezcas solo a mí, agradecerle a tu madre también. Fue su idea.

Jimin le dio un beso en la mejilla y ella sonrió diciéndole que no había sido nada.

No podía esperar para decirle a Taehyung y a todos los demás en su escuela. Y así fue, su amigo estaba extremadamente emocionado cuando lo escuchó, y le dijo que también estaba esperando un Bugatti Veyron para Navidad.

Jimin vivió en lo alto por el resto del día, hasta que se dio cuenta que tenía que devolverle a Yoongi la chaqueta. Miró su reloj Rolex y vió que tenía tiempo para caminar hacia él (podía verlo hablar con Namjoon justo en la entrada de su escuela) y entregarle la prenda. El profesor de manejo vendría por él para hacer su examen en unos diez minutos, así que empezó a hacer su camino hacia allá.

Ellos lo notaron tan pronto como entró en la propiedad de la escuela (que ni siquiera tenía puertas por el amor de Dios). Jimin se sentía un poco incómodo porque todo el mundo alrededor de la escuela pública lo miraba fijamente. Se arregló el flequillo mientras se acercaba a Yoongi y Namjoon.

—¡Hey, Jimin! —Namjoon lo saludó con entusiasmo.

Jimin lo saludó con un gesto antes de tomar su mochila y sacar la chaqueta. Se la extendió a Yoongi, quien tenía los brazos cruzados (lo que hacía que sus bíceps se vieran marcados y Jimin estaba gritando internamente, pero él no era gay, por supuesto) y miraba hacia abajo con una mirada curiosa en su rostro.

—Aquí. —dijo Jimin y aventó la chaqueta contra el pecho de Yoongi, quien la atrapó.

—De nada. —Él respondió.

—¿Disculpa?

—Estas disculpado, bebé. Pero te dije que podías quedártela más tiempo porque se ve mejor en ti, ¿o es que no me escuchaste porque estabas demasiado atrapado en el hecho de que me besaste?

Jimin jadeó y miró a su alrededor para ver si alguien lo había oído, pero afortunadamente nadie lo había hecho, excepto Namjoon, quien estaba carcajeándose.

Cuando Namjoon vio la mirada que Jimin le estaba dando, negó con la cabeza. —No te preocupes amigo, ya sabía.

—¿Qu…? ¿Le dijiste? —preguntó Jimin con incredulidad hacia Yoongi.

—Por supuesto que lo hice.

—¿Quién más lo sabe?

—Jungkook.

—¡Oh por Dios!

—Relájate Jimin, eres el único que está haciendo un gran problema de esto. —Yoongi le dijo con una sonrisa divertida.

Jimin vio el auto de la escuela de manejo estacionándose. —No tengo tiempo para esto. Ah, y ¿Namjoon? Tú y Jungkook están invitados a mi casa el próximo viernes.

—¿Para qué?

—Jennie y yo, es nuestro quinto aniversario.

—¿Debo vestir elegante?

Jimin negó con la cabeza. —Pero lleva alcohol.

«Okay. ¿Qué dije?»

Namjoon se rió y le aseguró que lo haría.

—¿No estoy invitado? —Yoongi hizo un puchero con una expresión dolida falsa en su rostro.

—Vete al infierno. —Jimin siseó antes de darse la vuelta alejándose rápidamente.

Tenía que enfocarse en el examen de conducir que estaba a punto de presentar, y tenía planeado aprobar (lo cual hizo).











BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminWhere stories live. Discover now