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Como no, la voz de Jennie, tan melódica y segura fue como un latigazo para los demás, pero yo estaba acostumbrado. Hice girar la vara en mis manos para aflojar la tensión del cuerpo.

Llevaba su cabello atado en una coleta de caballo mal hecha, indicio de que se lo había recogido con prisas y sin prestar demasiada atención.

Alcé una ceja de pronto irritado.

—¿Llevas todo el rato detrás de esas mesas cuando podrías haber ayudado?

—No me estaba haciendo la manicura, encanto —sus ojos grises y sonrisa perfecta, maquillada con un ahumado impecable en los ojos y pintalabios nude. Me guiñó un ojo, luego se le borró la sonrisa de los labios cuando desvió los ojos a las siete formas empolvadas—. ¿Sabes si Zac está entre ellos? —Hablaba mientras la luz rojiza seguía mandando de sus manos hacia el cuerpo de la pequeña bruja.

Mierda... No le había dicho.

—Recuperamos a Zac hace dos noches.

La mirada fulminante que me dirigió me dejó claro que no estaba contenta pero aprecié el ligero movimiento de hombros que indicaba que se había liberado algo de tensión allí.

—Hablaremos de eso después —volvió a centrarse en el trabajo que tenía entre manos—. Puedo mantenerla viva y tratar de que no pierda más sangre, pero me está costando alcanzarla.

—Han usado caos con ella —expliqué simplemente mientras me dirigía a la bolsa de papel y sacaba las dos cuerdas.

Minho se acercó a Jennie y ésta le respondió sin levantar la cabeza de su trabajo.

—Logré estabilizarlo lo suficiente pero no estoy segura de si sobrevivirá.

Asintió.

—Gracias por tu ayuda.

Jennie era tan orgullosa como cualquier brujo, y el hecho de que un General vampiro le agradeciera debía ser como colgarse una nueva medalla. Hablaría de esto y se encargaría de que todo el mundo se enterara.

Me acerqué a Jisung y le dí una de las cuerdas, me observaba blanco, como si hubiera visto un fantasma. Pero luego sonrió divertido y tenso, supongo que al ver que no iba a convertirme en una cosa monstruosa como estuve a punto de hacerlo hace un momento.

Había olvidado que la gente reaccionaba así a mi poder.

La otra cuerda la agarré yo y tiré la bolsa al suelo negro.

—Si separamos a los niños de los vampiros, no tendrán como defenderse —expliqué mientras desenrollaba los diez metros de cuerda.

—Solo un cobarde se esconde detrás de unos niños —comentó Minho sujetando una de las manos de Jisung.

No era raro verlos tocarse o acariciarse, pero esta vez sentí que Minho lo hacía como apoyo psicológico a su pareja.

—Me lo pido.

—¿En serio te vas a pedir el matarlo? —Le preguntó Changbin a Jisung desde mi lado.

Éste se encogió de hombros.

—El que se lo pide primero tiene el privilegio.

Minho suspiró una carcajada y dejó un beso sobre el cuello de su pareja. Jisung le devolvió un bufido muy animal mientras le enseñaba los dientes antes de besarlo y lanzarse los dos hacia el vampiro que aún disfrutaba de su presa. Ahora que veían a los niños, podrían sortearlos.

—¿Siempre son así? —Pregunté impresionado por la muestra de afecto pública.

—En realidad, se están controlando —giré a verlo con los ojos abiertos, él me devolvió la mirada divertida.

Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1] Where stories live. Discover now