*05*

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De camino a la casa del Rey, en el coche que en ese momento conducía el general más alto que nos había acompañado esa noche, Minho; estaba nervioso. Mi plan original era irme a dormir directamente a casa, pero Lorena había insistido en que era bueno para acercar a brujos y vampiros. Sinceramente yo creía que por una noche había sido suficiente el trato. Si bien con el rey no había hablado mucho, y los pocos ratos que lo había hecho habían estado llenos de tensión, con los otros generales había sido bastante más agradable de lo que había pensado.

Aun así, ahora me iba a meter directamente en terreno pantanoso...

—En serio, Lore, no creo que sea buena idea. Tu hermano ya me odia sin necesidad de presionar de esta manera.

Agitó la mano en su asiento quitándole importancia mientras revisaba sus redes sociales.

—Sé lo que me hago. Tú solo procura no usar magia durante el desayuno. —Apagó la pantalla y me miró —Sobre todo si está mi sobrina presente.

Me sorprendí ante aquella posibilidad.

—No creo que la vea, sinceramente.

—Yo tampoco... Bueno, —Se encogió de hombros— pasitos de hormiga, amigo.

Treinta minutos después entramos en las largas carreteras, propiedad de la realeza, en la que al final de ella aparecería la majestuosa Casa Real. Ya había sobrevolado el bosque real pero nunca lo había observado desde esta perspectiva. Hoy sería la segunda vez que entraría a la casa real siendo invitado. Quería decir, por la puerta de entrada, no por la ventana.

Estábamos a una hora del amanecer, aún era noche cerrada y observé las copas de los árboles con nostalgia. la adrenalina del vuelo era algo que ningún vehículo podrían nunca igualar. No lo cambiaría ni por la comodidad de ir sentado.

El coche redujo la velocidad cuando entramos al gran solar bajo el edificio familiar Real. El coche donde iba Changbin paró antes que el nuestro. Él no esperó a que le abrieran la puerta, bajó y esperó en la entrada. No me detuve a observar lo magnífico que se veía ahí parado con el aire de la noche agitándole el pelo. Sin duda algo me pasaba esta noche. Jisung le abrió la puerta a Lorena mientras que, Minho, el chófer de Changbin, me abría la puerta a mí con una expresión divertida en la cara.

—¿Qué pasa?

Negó con la cabeza.

—Estoy impaciente por el desayuno.

—¿La Familia Real desayuna con ustedes? —Me sorprendía. Después de todo, ellos eran sus súbditos, trabajaban para el Rey.

Solo le dio tiempo a asentir, aunque dudaba que se extendiera mucho más de eso. Pronto llegó Lorena y juntos llegamos donde el Rey. Nos miró con aire recto y malhumorado. Bueno, me miró a mí así. A su hermana solo la miró resignado, supongo. Los vampiros eran una especie de lo más neutral con lo que a las expresiones emocionales se refería.

—Desayunemos pues. —Dijo dándose la vuelta y entrando a la casa.

A su espalda vi a Lorena tratando de contener una sonrisa. Los generales se habían llevado los coches pero al atravesar las puertas, otros dos generales nos esperaban. La hermosa guerrera de cabello rizado y tez morena, hermana del Rey, y el vampiro alto de cabello rubio. Ninguno de los dos vestía la ropa negra de la guardia, vaqueros y camisa, él y vaqueros y suéter de punto ella. Normalidad... Oh dulce normalidad.

Los dos flanqueaban al Rey uno por cada lado. Aunque estaba seguro de que realmente Changbin no necesitaba escolta.

—¿Alguien nos explica qué hace el brujo aquí? —Preguntó la hermana.

Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1] Where stories live. Discover now