*48*

1.5K 224 60
                                    

Dos días más pasaron, dos días de mucho ajetreo en el aquelarre. Conseguí convencer a Chan para que viera a los brujos que habían venido sin avisar y de esa reunión que duró toda la mañana, conseguimos convencerlos de que ni los vampiros nos estaban extorsionando para que trabajáramos con ellos ni había ningún tipo de fraude. Expusimos nuestros motivos por los que creíamos que era el mejor momento para volver a trabajar con ellos ya que las calles estaban infestadas de demonios. Cada vez habían más asesinatos sin motivos y suicidios a plena luz del día de personas que no tenían motivos para ello, gente feliz y acomodada hasta hacía unas semanas o unos meses.

Casos así estaban a la orden del día en todos los periódicos, redes sociales y plataformas de noticias televisivas del país. Nosotros teníamos poder como brujos pero nuestro alcance se amplificaría si trabajáramos con los vampiros como una fuerza conjunta. Si volvíamos a patrullar paladines y guerreros codo con codo.

El tema de los aquelarres no guerreros salió como uno de los temas a tratar por la reunión improvisada. Y se decretó que ellos podían ayudar de otras formas. Había que mencionar que algunos de los brujos que vi allí estaban también esa noche en el Black Sea acompañados por altos representantes de sus aquelarres. Testificaron el buen equipo que hacíamos el Rey y yo así como el respeto que mostraron también los Generales cuando les explicaba situaciones mágicas y me escuchaban. La manera en la que los vampiros trataron a los niños también fue descrita con pelos y señales, y debido a que yo formaba parte de la historia, preferí solo aportar detalles para no influenciar las opiniones de los demás o que pensaran que quería su cooperación.

Aquella mañana se llegó a un consenso en el que nos prestábamos, como comunidad, a ofrecer nuestros servicios en las patrullas y cacerías.

Por la tarde se decretaron las tarifas de esas noches y las condiciones. También pasamos un informe detallado a todos los aquelarres del país y en dos días llegaron las respuestas positivas de la mayoría queriendo unirse al nuevo negocio.

Por otro lado, Zac y Jennie estaban raros. Jennie, con su desparpajo usual, no se mostraba tan suelta ni segura. Y Zac casi calculaba cada movimiento y lo que hacía en su presencia. Así que les propuse hacer una cena en mi casa al día siguiente de enterarnos de la verdad. Honestamente fue bien. Fue una noche llena de recuerdos y batallitas. Al fin y al cabo Jen y yo nos conocíamos desde hace mucho. Para considerarnos familia, aún quedaba, pero no estábamos lejos. Al fin y al cabo, Jennie, Zac y yo siempre habíamos estado juntos.

Supongo que a partir de ahora trataríamos de contar más con el otro y sobre todo yo pensaba estar más pendiente de ella. No era justo que estuviera tan lejos de su hijo, ahora que todos lo sabíamos.

Zac quiso saber cómo nos habíamos conocido, así que empezamos esa vieja historia:

-Pues fue... ¿Hace cuanto ya? ¿Treinta años?

-Unos treintaicinco más o menos. Por ese entonces aún no tenías la marca en el pecho ni yo había entrado al Black Roses.

-Verdad.

-Tu padre era un altanero al que le tuve que poner en su sitio más de una vez. -Le contó a Zac mientras pinchaba uno de los ravioli en salsa de queso y espinaca.

No objeté. Por aquel entonces era otra persona.

-¿En serio? -Me miró de arriba abajo-. No lo parece.

-Oye, piojo, yo tuve mi juventud también.

La melódica risa de Jennie se le contagió a Zac también.

-Recuerdo que fue en verano. Nuestros aquelarres hicieron una especie de campamento en el bosque -Recordó ella colocándose la larga cola de cabello negro sobre el hombro-. Félix era uno de los más populares de los aquelarres porque se la pasaba volando y patinando sobre el aire. Aquello atraía como la espuma tanto a brujos como a brujas. Pero a mí me interesaba más la manera en la que podía aprovechar el tiempo con los profesores de distintos aquelarres ese verano.

Et Sanguis Magicae ||ChangLix|| [1] Where stories live. Discover now