🥀Capítulo 30: Orgullo y Una Chispa De Deseo 🥀

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Narra Antonella

— ¿Qué fue eso? ¿Quién era ese? Además te fuiste sin pagar...

— Primero, el restaurante es mío y segundo, no se quien era ni que quería.

— No te creo.

— Mala tuya.

Me quedo callada ya que estoy enojada por su actitud. ¿Por qué tiene que ser tan...? AHG!

Lo vuelvo a mirar por lo terca que soy, pero no digo nada, solo lo miro mal con los brazos cruzados a ver si se da cuenta de mi acción.

— ¿Por que eres tan terca?! — Detiene el auto en seco. — No tiene que importarte mis cosas, no tiene que importarte nada de mi!

Me quedo en silencio por la forma en que me habló. Nunca me había hablado así y admito que fue por mi insistencia de saber que es lo que está sucediendo.

— Ay, disculpa! Solo quería saber si había algo que podía hacer o podía ayudarte, pero veo que tu orgullo es enorme. — Abro la puerta y me salgo del auto. — Pediré un Uber, Adiós!

Apenas cierro la puerta el ya está saliendo del auto.

— ¿Recuerda que sucedió la última vez que te subiste a uno? Casi te violan si no fuera por Justin. — Se acerca hasta mi. — Eres tan inocente... y tan molesta, terca, irritante...

— ¡Tú eres el irritante! Tú eres tan grosero, cruel y por eso te odio! — Lo suelto sin pensar, no estoy pensando. — Me jodiste la vida, tú y tú hermano nos jodieron la vida. No se por que pensé que eras diferente! — Golpeo su pecho con mi índice.

— ¿Así si? Pues yo también, pero luego me acuerdo que solo eres una niñita insolente mimada por sus papis y... la verdad no se por que carajos me...

— ¿Y Que?!

Me encantas, joder! No se por que carajos me encantas!

Me quedo quieta por lo que suelta. Su respiración esta agitada, los ojos que eran celestes ahora son grises y tensa la mandíbula como si acabara de hacer algo de que se va arrepentir.

Me alejo yo también con la respiración agitada sin aún procesar lo que acaba de suceder. ¿Este se cree que me puede agarrar de pendeja?

— Embustero, apuesto a que eso le dices a todas. ¿Cómo te atreves que decirme que te gusto después de todo lo que me has hecho?

— Tengo derecho que de que me guste la gente por si no lo sabías, preciosa.

— Pues bájate de esa nube por que mi padre va a pagar esa deuda y nunca me volverás a ver. ¡Nunca!

Envuelve su brazo en mi cintura acercándome a él. Mientras me observa sus ojos parecen brillar haciéndome sonrojar, cosa que no puede suceder, por qué se supone que lo odio.

— ¿Ya terminaste o me vas a seguir gritando y continuaremos discutiendo en medio de una calle oscura... sin nadie a nuestro alrededor?

— Suéltame...

— No hasta que te calmes y me prometas que no vamos a volver a discutir sobre esto.

— Si! Si lo ha... — Sus labios callaron los míos.

Trato de alejarme, pero no me lo permite su agarre en mi cabello. Aprieto su camisa ya que decido seguirle el beso. Esto está mal por que así no se supone que se resuelva una discusión de pareja, no con besos.

Me separo solo para hablarle, pero vuelve a besarme haciendo que sea imposible no seguirlo. Abre la puerta de atrás y entramos a tropezones quedando yo sobre el. El beso se vuelve más intenso cuando sus manos se hunden dentro de mi vestido para acariciar mi trasero.

— Esto no está bien... — digo entre jadeos mientras besa mi cuello.

— ¿Quién te dijo que yo hago el bien?

Estoy consiente de que eso suena perturbador, pero con la voz gruesa que lo dijo hace temblar mis piernas. Llevo mis manos a su pecho para desabotonar su camisa pero me detengo en seco.

Un teléfono sonando.

Su gruñido me hacer reaccionar quitándome de el. Me acerco a mi asiento para ver si es el mío, pero no. Agarro su celular que se encontraba donde van las bebidas pero tampoco.

Merda! — maldice de momento saliendo del auto para dar la vuelta y abrir la guantera sacando el celular que está sonando. — Quello che è successo?

En la forma que comienza a hablar italiano me deja que saber que sucedió algo. Me ordena que me regrese al asiento de adelante y lo hago. Evito preguntar por qué se que me hablará de mal manera, así que prefiero evitarlo.

Al llegar a la casa me ordena que me baje y que puede que no regrese a dormir. No me deja ni siquiera hablar ya que arranca el auto dejándome delante del portón.

Genial...


⚜️

Propiedad Del Señor HosslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora