Propiedad Del Señor Hossler

????Capítulo 4: El Trato????

Narra Antonella.

Alessandra y yo nos miramos.

— ¿Un mafioso, mafioso? —pregunta Alessandra.

Nuestro padre asiente.

— ¿Qué hacía un maldito mafioso en tu empresa?— pregunto~

— Antonella, cálmate — advierte mi madre.

— ¿Qué me calme? Siempre nos advirtieron que no confiemos en cualquier por que habrían personas que querrán aprovecharse de nosotras y ¿tú le robaste a un mafiosos?

— Me dieron hasta mañana para conseguirlo. — dice padre.

— ¿Cuánto?— pregunto.

—50... millones, maldita sea.

— ¿Porqué que tanto dinero?— pregunta Alessandra— ¿Qué era tan importante para que te atrevieras a hacer eso, papi?

— La empresa, sus estudios, la casa de Hawaii... las propiedades —arruga su rostro— lo siento tanto.

Nos acercamos a el y lo abrazamos.

— No podré conseguir ese dinero para mañana, tienen que irse.

— ¿Que? No.

— Si, si. Tienen que desaparecer. Las enviaremos a Rusia con su tía. — dice Madre.

— ¿Qué pasará con ustedes?

— Estaremos bien, tienen que irse, ahora— nuestra madre nos empuja.

Subimos a las habitaciones y guardamos todo lo necesario.

— Las amo — deja un beso en nuestras frente para salir, pero al abrir la puerta nos topamos con el moreno en la puerta y el rubio en el auto con un cigarrillo entre sus dedos.

—Oh... ¿van de viaje?— pregunta el moreno — es un pena... se suspenderá— sonríe y se voltea donde el rubio.

Martínez está en el suelo al igual que todos los demás.

— Están bien, solo les disparamos dardos tranquilizantes— dice.

El rubio deja caer su cigarrillo al suelo y lo pisa. Se acerca a nosotros. Caminan obligándonos a entrar nuevamente a la casa.

— Su esposo está...~ Habla el rubio.

— En el jardín— mi madre responde rápido.

— tráiganos algo para tomar, gracias— dice el moreno.

Salimos al patio.

Alessandra le sonríe al moreno que no disimula en pasarle una mirada descarada por el cuerpo. Le doy un golpe con el codo.

— Ay! — se queja y me mira mal.

— Habían dicho hasta mañana— Se queja nuestro padre.

— Se me ocurrió una idea... — dice el moreno— depende de ti, claro, son tus hijas— nos observan.

— ¿Que quieren?~ pregunta padre~

— Yo... la mano de Alessandra— habla el moreno tomándonos por sorpresa.

— ¿Que? — Alessandra alza la voz. — ¡Yo no me voy a casar contigo!

— Jamás! — grita nuestro padre.

— Shh... tranquilo, no hemos terminado — habla en rubio— Yo la de Antonella.

— Están locos si creen que voy a entregarlas a ustedes! — contradice nuestros padre.

— Entonces quieres esto... — el moreno saca su arma y apunta a Alessandra.

— El que saldrá perdiendo eres tú, a mi no se me va a morir las hijas— amenaza el rubio.

Padre traga en seco.

— Está bien... — habla.

— papi...—Alessandra suplica — No...

Hace una seña con lo dedos haciendo que se calle.

El moreno baja el arma y se acerca a Alessandra. Agarra su mentón observándola.

El rubio queda delante de mi.

— Nunca me presente— agarra mi mano— Soy Jaden Hossler, preciosa—besa mi mano.

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