Propiedad Del Señor Hossler

????Capítulo 7: Recital????

Narra Antonella.

Aprieto mis puntas y estiro mis pies calentando.

— Mancini, entras en 10. —Me avisa  Damaris, la coreógrafa.

— Entendido.

Me volteo y noto a Jaden recostado del marco de la puerta observándome de arriba hacia abajo.

— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

— La escuela es mía, básicamente, además de que me mataban la curiosidad de ver como lucías.

— Tengo que entrar.

Trato de pasar por su lado, pero agarra mi brazo.

— Tengo que entrar en 2 minutos— trato de alejarlo, pero no logro nada.

Agarró mi mentón con suavidad y me acercó a su rostro.

— Te ves preciosa... — saboreó cada palabra que salió de su boca y se acercó a mi rostro haciendo que nuestros labios rozaran.

— Mancini, te toca...— para de hablar al ver a Jaden— No quiero interrumpir nada, pero Antonella entra en un minuto.

— Si, claro — deja un beso en mi mejilla y desaparece por la puerta.

Miro a la maestra y ella me hace una señal de que salga a escenario. Después de la función fuimos a los vestidores.

— ¡Que dolor de pies! — se queja una de mis compañeras, Vilma.

— Tengo tanta hambre — hablo cuando mi está majo gruñe.

— ¿Vamos a comer?— pregunta.

—Si, por favor...

— Chicas... lo hicieron hermoso, espero que el de la bella y la bestia sea igual! — Damaris aparece con una enorme sonrisa y aplaudiendo.

Esperaba a Vilma afuera. A lo lejos veo a Noah acercándose.

— Wow... en el salto pensé que te ibas a caer.

— Que positivo eres... — digo riendo.

— Lo hicisteis bien.

— Si, si, bueno ¿vas a comer con nosotras? — pregunto. Lo miro y este me sonríe asintiendo. Me paralizo cuando hecha unos de mis mechones detrás de la oreja.

Estoy por decir algo, pero siento su presencia a lado.

— Regreso en unos segundos ¿si?— Aviso y me acerco a Jaden

— ¿Nos vamos? — pregunta.

— De hecho no me voy contigo, voy a comer con mis amigos — le doy la espalda y me voy.

La noche pasó rápido. Los extrañaba a todos.

— Gracias por traerme— le digo a Noah— buenas noches.

— Oye, espera... — Detengo movimiento y me volteo — Qué tal si salimos un día de estos. Solo tú y yo.

— Noah, yo...

— Nos gustamos y no creo que sea malo ¿cierto? Digo, tú me gustas mucho y la verdad quisiera intentar algo contigo.

Esto no me puede estar pasando. ¿Justo en este momento se me está confesando? En el momento donde tengo a un par de mafiosos respirándonos la nuca a mi y a mi familia.

Maldita sea.

— Escucha Noah, me gustas, pero en estos momento están sucediendo cosas en mi casa y no tengo mente para una relación. Perdón... — Bajo la mirada para que no note mis lagrimas, pero es inútil.

— Ey... preciosa... — agarra mi rostro levantándolo— Lo último que quiero es presionarte, estaré para ti siempre y cuando estés lista ahí estaré.

Lo abracé con todas mis fuerzas ignorando al autos estacionado a unos metros detrás del suyo.

¿Cuándo la vida se me jodio tanto?

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