🥀Capítulo 58: Recuerdos De Mal Gusto🥀

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Narra Jaden

Isabella duerme aún en mis brazos mientras bajamos del jet. Entrelazo mis dedos con los de Antonella para caminar hasta la camioneta.

— ¿Nos vamos a quedar en la misma casa?—- pregunta y yo niego.

— Esa casa Bryce la vendió hace 2 años. Habían muchas cosas que le recordaban a tu hermana.

Permanece callada mientras observa el camino por la ventana. La acerco a mi pecho para que se recueste y depósito un beso en su cabello. Siento mi celular vibrar en mi bolsillo.

— Sì? — escucho la voz a través del celular — Oggi?....Dove?....Bene — Veo como corta la llamada— Tengo una fiesta de negocios, preciosa. — agarro su rostro para que me mire. —Necesito que vengas conmigo.

— No tengo con quien dejar a Isabella.

— Conozco a alguien. — Le indico a Frean la dirección— Era la niñera de Lucía.

Asiente y se recuesta sobre mi pecho, el camino volvió a ser silencioso. Isa aún duerme en mis brazos y al llegar a la casa le marco a Sienna para que me pase el número de la señora.

🥃

— A ver... una vuelta. — Le digo y lo hace, el color es lindo, pero la forma puede ser mejor. — No. Otro.

— Es el décimo vestido que me pruebo, Jaden, por favor! — gruñe.

Luego de unos minutos vuelve a salir con uno negro y largo, de cuello alto pero con escote.

— Esta preciosa... — Su voz suena a mi lado alarmándome — Hola, hijo.

— ¿Que haces aquí? — Me levanto.

— ¿Donde dejaron a mi nieta? Seguramente quiere ver al abuelo. — sonríe.

— Lárgate. — miro a Justin— Tú también. No quiero verle la cara a ninguno.

Antonella se mira el espejo y luego a mi. —Me gusta. —su mirada permanece en mi ignorando a los dos que tengo a mi lado.

La examino con la mirada, es cierto, está preciosa. Asiento y entra a los probadores.

— ¿Cómo está la mía bionda?

— Muy bien sin ti.

— ¿Cómo la trata el panzón aquel? — se sienta a mi lado.

— Mejor que tú de hecho. La vi sonreír más veces que cuando estaba contigo. Fue tu culpa, tú solito hiciste que nuestro cariño hacia ti se fuera.

Su silencio me lo dice todo.

— ¿Localizaste a Hayley? — Cambia de tema que no note lo dolido que está— Que mal, por que que yo tampoco se donde está....  ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ella?

— Cuando me casé, ósea, hace cinco años. No la volví a contactar. — Me acerco a Antonella cuando sale con el vestido en las manos.

— Esta a mi cuenta, que una de las muchachas lo pongan en una bolsa y pueden irse. —Dice mi padre mirando a Antonella quien me mira esperamos alguna respuesta de mi parte.

— Como sea. — No puedo soportar verle la cara, actúa como si nada y eso me jode.

Salimos de la tienda agarrados de mano, solo falta encontrar mi traje.

🧨

— Il grande Jaden Hossler, que placer volver a tenerlo en mis aposentos.

Alarga sus brazos a los costados, imito su acción para darnos un fuerte abrazo.

— Estás más flaco Matías, no te dan de comer ¿o que? — Vuelvo a entrelazar mis dedos con los de Antonella.

— Si supieras — ríe entre dientes — Esta bellísima mujer ¿De donde la sacaste?

— Antonella Hossler, un gusto.

— Te casaste y no me dijiste nada, figlio di puttana! — ríe dando un golpe en mi hombro.

— Nadie sabía que me había casado, fue repentino— Antonella aclara su garganta — Muy...repentino.

— Aun así me alegro por ti, adelante, están es su casa. — Asentimos adentrándonos a la enorme casa.

Apenas cuando damos varios pasos dentro de la casa, siento como aprieta nuestro agarre y mira a una dirección. Sigo la mirada notando a un hombre.
Con mi mano libre agarro su rostro para que me mire. Miedo, es mi único que veo en sus ojos.

Es el... —dice con un hilo de voz

No tiene que explicarme quien es, lo entendí enseguida. Parece ser guardaespaldas de un viejo que también conozco y detesto. Lastimosamente para que lo tengo en mente necesito pedirle ayuda a Justin.

— ¿Qué vas a hacer? —me enrolla en brazo cuando nos sentamos en un mueble.

—Por ahora nada, está fiesta es muy importante para Matías.— Beso sus labios — todo va a estar bien.

— Hossler, acompáñame un momento, quiero que conozca a unos socios míos. — Matías mira a Antonella— Será rápido, lo prometo. — Ella asiente y yo me levanto. Me alejo de ella y sigo a Matías no tan lejos.

Me presenta los que le provee las armas y la droga, la embarcación, etc. Los minutos pasan y me comienzo a desesperar cuando no terminan la conversación de trata de bancas, odio que ese sea el tráfico que genera más dinero después del tráfico de niños.
Tanta gente asquerosa en este mundo, ojalá pudiera descuartizarlos a todos.

Me volteo para buscar la mirada de mi mujer y calmar la sed de sangre que traigo, pero me llevo otra cosa que me hace apretar mi mandíbula al ver la escena que tengo delante.

— ¿Hossler... Que opina de...— Lo dejo con la palabra en la boca acercándome a paso rápido hasta Antonella.

Lo empujo a viejo que la estaba tocando haciendo que sus hombres me apunten y los míos a ellos, pero no me importa.

— ¡Togli le tue mani sporche di dosso a mia moglie!!— gruño.

"¡¡Quita tus asquerosas manos de mi mujer!!"

🚬

Propiedad Del Señor HosslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora