CAPÍTULO DIECIOCHO

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IWei Wuxian despertó con Lan Wangji a su lado, se preguntó porque el Lan seguía recostado a altas horas de la mañana.

—Lan Zhan, Hanguang-jun...

Lan Wangji mantenía el rostro de Wei Wuxian debajo de su barbilla.

—Wei Ying...

Wei Wuxian le sonrió y lo abrazó con fuerza.

—¿Cuándo nos casemos así vamos a amanecer?

—Mnn...

Wei Wuxian se recostó en el pecho del Lan.
—Hanguang-jun, soy serio ahora. ¿Te casarías conmigo?

Lan Wangji lo abrazó. —Si Wei Ying, lo haré.

Wei Wuxian sonrió más grande.

Wei Wuxian y Lan Wangji se quedaron en la cama compartiendo un momento tranquilo. Ambos teniéndose cerca.

El día no fue fácil para Wei Wuxian desde que Jiang Yanli lo cito a él, a Lan Wangji y a Wen Qing al despacho del líder.

Wei Wuxian notó los ojos hinchados de su hermana.

—¡Shijie! ¿Estuviste llorando? ¿Fue por la visita del pavo real el día de ayer?

Lan Wangji y Jiang Yanli se vieron las caras.
—¿El maestro Jin estuvo aquí?

Wei Wuxian y Wen Qing asintieron. —Vino cuando tu hablabas con mi Lan Zhan. Le dije que no los podía interrumpir y que podía esperar pero se fue.

Jiang Yanli bloqueo su pensamiento sobre Jin Zixuan, no era importante. Ella y él nunca habían sido compatibles y lo estaba entendiendo.

—No es, A-Xian.

Wei Wuxian se veía confundido.

—A-Xian, quiero empezar diciéndote que te quiero, desde que viniste a la secta tú y A-Cheng han sido mi prioridad y tal vez fallé en protegerlos de las palabras y acciones crueles de mi madre, aun así di todo lo que tuve en su momento para compensar esa falta, tú y A-Cheng son la única familia que me queda.

Wei Wuxian vio a Lan Wangji y éste mantenía una expresión neutral.

—Tal vez este siendo egoísta y demasiado entrometida, pero no puedo participar en un secreto como el de tu núcleo dorado.

El mundo de Wei Wuxian cayó en picada cuando escucho a su hermana.

—Lo escuché cuando tú se lo decías a Lady Wen.

Wei Wuxian dirigió su mirada a Wen Qing y luego a su hermana.

—¿Shijie?

—A-Xian. Jiang Yanli estaba siendo firme, aunque su corazón estaba roto por todo lo que había pasado y ella había ignorado.

—Voy a escucharte. Pero no voy a participar en un silencio que nos va a dañar a todos. Siéntate, vamos a salir hasta que todo esté dicho.

Lan Wangji jaló a Wei Wuxian quién temblaba levemente y estaba pálido. Wen Qing se sentó junto a Jiang Yanli.

—Wei Ying, mirame.

Wei Wuxian vio a Lan Wangji con una mirada suplicante.

—Te amo, estoy aquí, no estás solo.

Wei Wuxian abrazó a Lan Wangji intentando calmarse.

—Tengo miedo.

—Está bien tener miedo. Pero debes ser sincero.

Un beso suave y mimos del Lan le dieron la fortaleza a Wei Wuxian. No estaba solo, Lan Wangji estaba con él. Su futuro esposo no lo dejaría si sus hermanos se enojaban con él.

—Voy a decirlo Lan Zhan.

FÓRMULA PARA ENAMORARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora