Capítulo 20

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-... Y entonces, si deciden no usar estos ridículos trajes estarían demostrando, no solo su dudosa masculinidad, sino que estarían faltando a sus principios al no pagar su deuda con este hombre aquí presente...

Erwin señaló a Hanji y ella hizo una especie de reverencia sonriendo como un demonio que goza con la tortura de sus víctimas, —"Recuerda que apostaste tu cabello, si no usas esto te voy a drogar y te dejaré esa cabeza más pelona que la de Pixis... si, el de cálculo" - Erwin sabía que jamás había que provocar la ira de ese idiota psicópata, así que no tuvo más remedio que convencer a sus amigos para no pasar vergüenza solo.

—Al diablo con esto, voy a usarlo - Mike se lo arrebató de la mano a su amigo rubio —Solo quiero ir a remojar mi cuerpecito y tal vez conocer alguna chica linda.

—Ah no, ni hablar, yo no usaré eso - Levi se cruzó de brazos, tratando de evitar uno de los peores momentos de su vida, pero Erwin ya se había propuesto obligarlo a usarlo, y eso hizo.

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—¡¡Voy a hacerlo!! - Hanji sujetó con fuerza el arnés que la enviaría hasta el otro lado del parque —Mirenme bien.

La castaña se acomodó los shorts holgados y coloridos, y la camiseta gruesa y masculina que llevaba encima, al caer al agua nadie debía ver nada raro bajo ese montón de tela.

—¡Te vas a cagar a media bajada! - Erwin gritó para desanimar a su amigo mientras lo enfocaba con su teléfono de última generación.

—¡Ojalá se te caiga al agua! - Hanji gritó con referencia al aparato con la manzanita y se lanzó gritando tan fuerte como pudo.

Levi la observó en silencio, pero con un sonrisa en sus labios. La admiraba mucho, era tan valiente y tan libre, hacía lo que quería sin preocuparse de lo que los demás pensaran aún guardando un enorme secreto podía ser libre de hacer lo que le daba la gana siendo ella misma.

Mike observó la extraña mueca en el rostro de su amigo y decidió levantarse. También quería probar todas las atracciones del lugar —Se ve divertido, creo que también lo probaré.

—¡¡Aaaaah!! - la castaña gritó con emoción antes de que el agua, probablemente poco higiénica entrara de lleno en su boca al caer con fuerza en una piscina al otro lado del parque.

—Siiii, sufre pequeño hijo de puta - Erwin celebró ver al imbécil que los había obligado a exponerse, cayendo con un gran estruendo en el agua. Aprovecho para, disimuladamente, tirar del calzón por el medio y liberar a su amigo entre sus piernas de aquella presión incómoda de ropa demasiado ajustada.

El rubio suplicó a Poseidón no tirar de un bello o algo peor en su intento de salir de esa prisión llamada traje de baño.

Curiosamente, el joven Ackerman lucia tranquilo y relajado, resultó que por un motivo cósmico (o no tanto) Hanji había comprado el de Levi exactamente de su talla al contrario de sus amigos.

Desde la altura el más alto del grupo vio a la rubia de cabello corto en la piscina donde Hanji aterrizó aplaudiendo al valiente que se lanzó antes que él, así que incómodamente el encargado le colocó el arnes, tratando de no mirar el bulto frente a él.

Con mucha confianza, el de cabellos castaños se lanzó de la torre. Al principio creyó que el cable no resistiría su peso, pero todo era muy estable y pronto tendría que soltarse y aterrizar en la piscina de la rubia de bañador celeste.

Tenía dos opciones, lanzarse a la piscina en el punto más bajo del recorrido o llegar hasta la otra terminal y parecer un cobarde ante esa bella mujer.

—"Ahí voy" - pensó y se arrojó girando para impresionar aún más.

Su peso levantó una ola de tres metros que sacudió a todos en el agua, las personas presentes celebraron la victoria del extraño con tanga roja.

La rubia salió del agua cuando vio a sus amigas salir del baño, pero antes de poder alcanzarlas Mike salió a toda prisa del agua y la detuvo planteándose frente a ella.

—Disculpa, te vi en las noticias, lamento ser inoportuno, pero nos cruzamos en aquel hotel, antes del desastre, solo quería saber si están bien.

La chica notó sinceridad en los ojos del muchacho de gran estatura así que respondió amable —La verdad la pasamos bastante mal, pero ahora estamos bien, somos muy fuertes - la bella chica sonrió iluminado el corazón del gigante.

—No lo dudo - contestó idiotizado.

Hanji observaba la escena desde un costado, mientras esperaba un raspado de frutas y sonreía atenta al show, esperando el momento en que avergonzarían a su amigo.

—¿Quién iba a imaginar que nos cruzaríamos con un jodido tifón, no? - la rubia continuó sonriendo, parecía que era parte de su personalidad ser calida y agradable —Pero, no lo menciones frente a las chicas, Petra sigue bastante asustada...  Soy Nanaba.

La rubia extendió su mano y el muchacho la tomó en seguida —Soy Mike, me alegra que las tres estén muy bien.

—Claro, estamos aquí para, ya sabes, olvidar el mal rato... En fin, ya debo irme, fue un gusto Mike, nos veremos por ahí, me saludas a tu amiga - la chica comenzó a alejarse dejando al altote confundido, y luego giró para ver al joven nuevamente —Por cierto, me gusta tu seguridad, pero recuerda que hay niños pequeños aquí, adioooos.

—¿Niños peque...? ¿Qué pasa con...? - antes de que el chico terminara de pensar Hanji se acercó hasta pasar frente a él y dijo:

—Amigo, se te ve el huevo derecho... - y luego se retiró en dirección a donde las chicas se habían ido, mientras ingería feliz su bebida dulce.

Avergonzado, el chico se lanzó a la piscina nuevamente antes de que más personas vieran lo prohibido.

Hanji llegó a tiempo para ver a Erwin y Levi lanzarse en un gran flotador desde un resbaladero gigante, con una pendiente de muerte. Los chicos parecían muy divertidos, Hanji se sintió tan feliz al ver a sus amigos divertirse como niños en algo tan simple como un parque acuático.

Incluso la herida en la pierna de Erwin no era un impedimento para pasarla bien. La chica deseo quedarse en ese momento tan feliz para toda la vida.

Los muchachos llegaron al final del tobogán y cayeron al agua, al salir, Hanji notó algo raro, ambos muchachos se acercaron a ella, pero Erwin caminaba raro, como un pingüino.

—¿Qué ocurrió? ¿Fue tu tobillo? - la castaña se inclinó para verlo, pero en ese momento el rubio se giró y sin quererlo puso en la cara de la chica sus nalgas desnudas.

Con el roce del tobogán y la fuerza de la gravedad, el calzón se le había ido tan arriba que casi lo había masticado y tragado por donde no debía y ahora sus nalgas palidas lucían un gracioso tono rosa al haberse raspado contra el plástico del resbaladero.

—Muévete idiota - Levi reaccionó rápido (aunque no lo suficiente) y empujó con fuerza la cara de la chica después de que esta impactará contra los cachetes de su amigo.

Aunque el rostro de Hanji se tornó rojo de vergüenza, esta lanzó su bebida al aire cuando se dejó caer de espalda riendo por casi haber metido su nariz entre el durazno suavecito y levemente herido que tenía Erwin por trasero.

—Eres demasiado vulgar - Levi se quejó molesto.


¡¡MI MEJOR AMIGO ES UNA MUJER!! Where stories live. Discover now