Capítulo 11

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Aquí escritora chan reportándose luego de sobrevivir al Covid 😷  agradezco mucho a las personas que aun con mi falta de constancia al publicar esperan mis actualizaciones, en serio son lo mejor de este mundo, en serio jamás imaginé qie hubiera lectoras que aprecian mis historias y en serio leer en grupos de face que debes en cuando mencionan alguna de mis historias es... En serio lo mejor que puede haber, muchas gracias.

Bueno mejor termino esto antes de que este virus me mate... 😁 Si no vuelvo a publicar ya saben qué me pasó (momento de drama 😝)

...

—Solo dos habitaciones - la malhumorada chica estalló una burbuja de chicle frente al asqueado Erwin.

—Eh, ok - el rubio trató de ser amable —Pero... ¿Son contiguas?

—No... - otra burbuja estalló provocando un gesto evidente de desagrado en el más alto del grupo —Están en lugares opuestos del edificio, tómenlo o déjenlo, pero con el tifón en camino dudo que encuentren otro lugar.

—Las tomaremos.

La castaña se apresuró a aceptar antes que los demás, estaba muy incómoda, sabía que había posibilidades de que Levi hubiese sentido más de lo que debía, la había evitado todo el tiempo y no era necesariamente bueno.

—Bien, tú y tú, vengan conmigo - la chica en el mostrador señaló a los dos rubios altos —Los llevaré a su habitación ¡WILLIAM! - gritó como desquiciada —Lleva a los otros dos a la habitación del exterior.

El rostro de Levi se volvió pálido, ¿Qué clase de broma del destino era esa? ¿Quién debía estarse riendo de él en ese momento?

—Bueno, supongo que ya nos arreglamos... - Erwin se encogió de hombros y se despidió de los más bajos.

—Esto no me gusta... Podrían asaltarnos o matarnos - Mike susurró al ver los tatuajes de la chica.

—He oído que si ves debajo de las alfombras en sitios como este, encontrarás pruebas de crímenes sangrientos - el rubio bromeó mientras se convencía a sí mismo de que estarían bien.

Dirigiéndose al otro extremo un incómodo Levi caminaba detrás fingiendo ignorar a su amigo que ya había entablado una conversación con el hombre que les mostraba el camino.

—"¿Qué mierda me pasa? Todo está bien ¿Cierto? Me estoy comportando como un niño de cinco años" - se reprochó con molestia y observó a su amigo.

—Claro que si, pueden pedir todo el alcohol que quieran y aquí entre nosotros... Creo que estará en oferta por el tifón.

—¡No puede ser! Creo que vamos a aprovechar tu oferta, amigo - Hanji contestó con mucha energía.

—"Su rostro es... Bastante fino y... No tiene una sola pizca de barba" - el de cabello negro se obligó a salir de sus pensamientos, imaginó lo raro que se vería inspeccionando el rostro de su compañero.

—Es aquí, espero que la pasen bien y ya lo saben solo llamen, si el cielo no nos cae encima tendré alcohol las 24 horas ¿Entendido?

Le llamaban la habitación del exterior porque sus muros daban directamente a la carretera, no porque estuviese aislada del resto.

—Ni lo dudes, viejo.

Hanji se despidió, y usando toda su fuerza de voluntad fingió que nada raro había ocurrido y se giró hacia su amigo de baja estatura.

—¿Estás ancioso por ver que cochinadas habrá dentro? - señaló la puerta de la habitación mientras se burlaba un poco de las fobias del pelinegro.

—No creo que sea momento de ser morboso, Hanji, si vamos a estar aquí encerrados podría ahorcarte.

El azabache giró el pomo y fue el primero en entrar a la oscura y fría estancia.

—Bueno... Está mejor de lo que creí -

Hanji admitió al ver una habitación sencilla con dos camas muy pequeñas —Ahora entiendo por qué la chica nos envió a los dos a esta habitación, es porque somos compactos como ella.

—¿Compacto yo? - el más bajo miró a su amigo con el ceño fruncido.

Hanji estaba ya ensimismada viendo los pequeños detalles de aquella pequeña y anticuada habitación, dos camas pequeñas, un baño simple, una mesa de noche con un teléfono sobre ella y un televisor que bien podría haber sido un dinosaurio.

—¿Crees que tengan animal planet?

La castaña se burló de la antigüedad del electrodoméstico.

—Bien, oficialmente quiero vomitar y regresar a mi limpia habitación en el campus.

Levi concluyó que ya había sido suficiente de bromas del destino, ya había entendido que vijar fue un grave error.

—Oh vamos, ya verás que la pasaremos bien... - Hanji sonrió confiada y de pronto pareció recordar algo —¿Crees que tengan piscina?

(¿Cómo le llaman en su país? ¿Piscina, alberca, pileta...? Perdón no tiene nada que ver pero me gusta mucho saber como cambian las palabras según el país donde estén... Bueno sigo)

—¿Qué? Eres un demente lo sabias ¡Viene un puto tifón!

El de cabello negro se había debatido muchas veces entre la idea de que Hanji era un genio, un imbécil o un chiflado.

—Con más razón hay que aprovechar antes de morir ¿No lo crees?

El más bajo se encogió de hombros y se acomodó en una de las camas, encendió la televisión y se perdió en las noticias del clima.

Hanji salió de la habitación y camino por el pasillo húmedo ya que el agua se estaba colando por todas partes en el techo alto y antiguo. Sin negarlo sintió temor ya que por el ventanal del final del pasillo (junto a su habitación, que era la última) se podía ver un cielo completamente negro y lleno de nubes tempestuosas.

Mientras tanto Levi observaba su mano, ¿Cómo era posible? Su primo tenía tetas, pero era obeso, cómo Hanji... No, era imposible, solo debió ser su imaginación y la adrenalina del momento.

La puerta se abrió de golpe y una asusta Hanji entró, Levi se sorprendió y confundido la observó lanzarse a la cama vacía y arroparse con las sábanas.

—Eso no es un tifón, es el puto apocalípsis.

El más bajo estaba a punto de maldecir a su compañero por hacer un desastre de humedad en el piso, cuando alguien llamó a la puerta con la fuerza suficiente como para tirarla abajo.

El que atendió fue el de ojos color gris, se encontró con el que los acababa de guiar hacia la habitación, empapado y sosteniendo algo en sus manos.

—Tengan amigos, hay que estar preparados.

Dijo mientras entregaba unas velas, cerrillos y una botella de alcohol en las manos de su inquilino.

Levi cerró la puerta y le mostró la botella a su compañero —Creo que le agradaste al sujeto - dijo y justo en ese momento se cortó la energía eléctrica.

—¿Pero qué...? - el corazón de Hanji latía con mucha fuerza, estaba aterrada, jamás había pasado una tormenta tan fuerte en un lugar desconocido y probablemente poco seguro.

—Bueno parece que el tipo ve el futuro.

El chico puso las velas sobre la mesa y volvió a su cómoda posición sobre la cama. Era temprano, pero gracias al clima estaba bastante oscuro y parecía casi de noche en el interior de la habitación.

—Bueno supongo que estamos encerrados...

Hanji suspiró con aburrimiento y miedo, no podía permitir que su viaje se arruinara de ninguna manera y en cuanto superara su miedo buscaría una forma de divertirse.

¡¡MI MEJOR AMIGO ES UNA MUJER!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora