XXXII

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— ¿Qué pasó?- preguntó Joel, en un grito, entrando en la sala de espera frente al cuarto de Erick.

—Bajé a comer y al ver que no estaba fui a su habitación, estaba en el piso con el brazo totalmente ensangrentado. Mi instinto fue llamar a la ambulancia, aunque parecía que ya había pasado mucho tiempo porque la sangre empezaba a secarse.- explicó secando la lagrima que amenazaba con deslizarse por su arrugado rostro.

—Va a estar todo bien, amor- trató de reconfortarlo su madre, con un abrazo, a pesar de no estar segura de lo que estaba diciendo.

No lo iba a estar, todos lo sabían y los rostros de los médicos en cada parte se los reconfirmaba.

Se recostó en dos de las sillas, abrazando sus rodillas que estaban flexionadas contra su pecho, mientras las lágrimas caían por sus ojos que se encontraban mirando hacia la puerta de Erick sin mirar realmente, concentrado en sus pensamientos.

Trató de entender que fue lo que hizo mal, porque no pudo ayudarlo, no comprendía que había sucedido y eso solo lo hacía sentir peor, tal vez estaba pasando algo grande por dentro y jamás se lo dijo, tal vez simplemente fue un impulso y no estuvo para detenerlo, tal vez él lo provocó. Había tantos "tal vez" que solo su chico podría confirmar y no estaba en condiciones de hacerlo.

Sus ojos pesaban pero no quería dormir; no podía permitirse abandonarlo de nuevo mientras siguiera vivo.

Pero su madre tenía un plan diferente y sin importar las objeciones de su hijo lo sacó del hospital y lo llevó a la casa de uno de sus amigos donde se quedaría mientras ella hacia guardia en el hospital.

— ¿Por qué me haces esto?- cuestionó en un grito, llamando la atención del taxista que se limitó a callar.- ¡Necesito estar con él! ¡Me necesita!- chilló con las lágrimas derramándose por sus ojos.

—Lo sé, cariño.- dijo acariciando el pelo de su hijo- Y justamente porque él te necesita tú tienes que descansar, tienes que estar fuerte para él, tienes que ser fuerte por los dos y no podrás mientras tu cuerpo se mantenga débil y seguir en el hospital solo te robará toda la energía- explicó reteniendo las lágrimas al ver a su hijo tan roto.

Al volver se encontró con muchos médicos corriendo hacia la habitación de su yerno donde sonaba una alarma y antes de acercarse a preguntar se dio cuenta que su mejor decisión fue sacar a su hijo de ahí; eso lo habría acabado por destruir.

—Richard ya viene ¿Si?- murmuró Christopher abrazándolo- No te vamos a dejar solo.

Joel asintió con la cabeza, agradeciendo el apoyo sin dejar de llorar, casi de manera involuntaria por la manera en que el dolor le quemaba en el pecho robándole el aliento. Se separó de Christopher para posicionar sus manos en su pecho, apretándolo en un intento de apaciguar el dolor mientras llevaba su rostro al techo con los ojos cerrados y una clara expresión de dolor reflejada en los pliegues que se le formaban en el entrecejo a la par que fruncía los labios.

—¿Y si es mi culpa?- preguntó a sus amigos con una voz quebrada.

—Eres muy bueno con él, ¿Por qué lo seria?- preguntó el moreno, quien había llegado hace varios minutos, acariciando su hombro.

—Él se fue de mi casa- explicó, pausándose para sorber los mocos.

— ¿Sabías que haces eso porque al llorar las lágrimas, tipo, van a la nariz y se mezclan con el moco que hay ahí haciéndolo más liquido?- comentó el castaño llevando la atención hacia él.

El rizado lo miraba con confusión, y algo de gracia, dejando de llorar para reírse de lo random que fue ese comentario.

—Ve a lavarte ña cara y nos cuentas bien ¿Si?- propuso el moreno al notarlo más calmado y agradeció a Christopher con la mirada por eso.

Al verse en el reflejo del espejo no pudo evitar sentirse patético debido a su aspecto por lo que rápidamente se mojó la cara en un inútil intento de mejorarlo, y si bien ya no tenía rastro de las lágrimas en su rostro seguía pareciendo destruido aunque solo habían pasado un par de horas. Suspiró mirándose.

—Había tenido un mal día- explicó entrando a la habitación nuevamente, sin percatarse del beso que le daba Richard a su otro amigo- había despertado muy tarde y peleado con mi mamá antes de salir, Erick no se percató pero muchos chicos estaban hablando de él y discutí con ellos y una profesora nos retó. Volví con Erick y le quise explicar un tema de matemáticas, él no entendía y me frustré y acabé tirándole toda mi bronca.

— ¿Qué le dijiste?- preguntó Christopher.

—Le pregunté si tanto le iba a costar un tema tan fácil y que no entendía como había llegado tan lejos en la secundaria- contestó bajito, mirando sus manos, con las que estaba jugando, avergonzado.

—No te voy a mentir- inició Richard- no creo que haya sido la causa, pero tal vez sí el detonante.

—Yo creo que le pudo pasar algo y no te lo dijo porque estabas enojado.- dijo mordiéndose los labios.

Joel asintió tomando aire hasta finalmente lanzar un sonoro suspiro. Se acostó sobre la cama de Christopher y plantó la mirada en la puerta, tratando de imaginar que realmente nada de eso estaba pasando y en cualquier momento despertaría con Erick a su lado.

Pero no fue así, cuando se despertó no había nadie a su lado. Christopher y Richard dormían en un colchón en el piso, abrazados, y él estaba solo, rogando que su novio sobreviva.

Al llegar al hospital se le hizo extraño que lo dejaran pasar tan rápidamente a la habitación del azabache que se encontraba, aún, inconsciente. Mientras tomaba su mano una de las enfermeras entró y mientras lo revisaba abrió uno de sus ojos apuntándolo con una pequeña linterna, y en ese pequeño instante Joel pudo notar como sus ojos poseían un tono verde opaco, escaso de cualquier tipo de brillo.

—Te amo.- dijo una vez que la enferma salió- No sé si vas a salir de esto, pero si no lo haces quiero que te vayas sabiendo que te amo y me disculpo por todo el mal que en algún momento te pude generar. No sé si decidas luchar y si bien sé que es muy egoísta te pido que lo hagas por mí, que te quedes por mí y juntos vamos a enfrentar todo lo que se nos venga pero si decides irte lo entenderé. Te amo, Erick, eres el amor de mi vida y la casualidad más linda que me trajo la vida, gracias por mejorar mi vida y espero que, dentro de todo, yo haber mejorado la tuya.

Finalizó el discurso apretando su mano y sintió un pequeño apretón por parte de él, lo cual le comentó a su madre más tarde.

—Llamé a Daysi- comentó- Estamos haciendo los papeleos para que, de alguna forma, yo pueda adoptar a Erick así lo que pase con él dependa de nosotros, a ella no le interesa- explicó con pesar.

— ¿Cómo qué lo que pase con él?- cuestionó confundido.

—Si en algún momento deseamos desconectarlo- explicó temiendo acercarse a tener que explicar el estado del ojiverde.

— ¿Desconectarlo?

—Está en coma.

No sé si mañana suba el epilogo pero prometo no tardar un mes ahre 

Luces apagadas||Joerick||Terminada||Where stories live. Discover now