Al llegar a la escuela Joel se adentró directamente al salón, cerró fuertemente la puerta, al igual que Erick que ya había llegado y estaba con los brazos cruzados sobre la mesa de siempre y la cabeza sobre esta, dejando solo sus ojos cerrados a la vista.
—¿Estás dormido?- cuestionó el rizado sentándose a su lado, el ojiverde negó con la cabeza de forma casi imperceptible pero Joel que lo estaba observando atentamente lo noto con facilidad- ¿Osea qué tienes sueño o me estás ignorando?- el ojiverde asintió lentamente sacando ligeramente su dedo índice.
El rizado estuvo por hablar nuevamente, a pesar de que el ojiverde la había demostrado claramente que no quería hablar, cuándo el timbre sonó haciéndolo cerrar la boca nuevamente.
Pero al cabo de unos segundos el salón no se estaba llenando mas si se escuchaban varios gritos conocidos afuera de este.
Erick levantó la cabeza frotándose los ojos antes de abrirlos, confundido del por que el salón aún no se encontraba llenó.
—¿Qué pasa?- cuestionó el ojiverde en un susurro.
—No te escucho- mintió frunciendo el ceño para hacer su actuación más real, claro que lo escuchaba, los gritos no eran tantos para no poder hacerlo, pero quería escucharlo hablar fuerte.
Erick suspiró fuertemente antes de hablar.
—¿Qué pasó?- cuestionó esta vez en voz alta, sorprendidose ya que era la primera vez que no susurraba en mucho tiempo.
—No lo sé- se encogió de hombros- ¿qué crees tú que pasó? llevas más tiempo acá.
—No lo sé- murmuró tratando de mirar por la ventana cómo estaban todos agrupados frente a la puerta, si bien podía ver algo la ventana estaba muy alta para lograr ver bien.
—¿Qué haces?- cuestionó Joel al ver qué Erick se levantaba y alejaba de su lugar.
—Súbete en la silla y pregunta qué pasó- pidió en voz apenas audible, el rizado frunció el ceño por que está vez de verdad no había escuchado, Erick suspiró- súbete en la silla- indicó esta vez más alto- y pregunta qué pasó.
—¿Qué pasó?- cuestionó Joel asomando la cabeza por la ventana, tal como Erick le pidió.
—La cerradura se trabó- explicó el mismo castaño que le habló el día anterior- ya hablamos con una profesora y van a ver qué pueden hacer.
—¿Estás sólo?- cuestionó hacia el rizado una profesora que iba llegando.
—No, estoy con Erick.
—¿Erick?- cuestionó confundida, no conocía ese nombre.
—Colón, el de ojos verdes que nunca habla con nadie- le aclaró el castaño a su lado.
—Qué se asomé también- pidió la profesora, el cubano que escucho se acercó lentamente al lado de Joel- chicos ¿se creen capaces de salir por la ventana? voy a dar clases en el patio hasta que logren abrir la puerta cosa qué no creo que tarde mucho- informó.
El ojiverde negó, sabía que no podría ya qué aún parado en la silla el borde de la ventana le llegaba a los hombros a diferencia de Joel que le llegaba a medio pecho y podría salir fácilmente pero para su sorpresa también negó.
—Yo tal vez pueda, me voy a lastimar pero igual, pero para Erick esto es demasiado alto y no lo quiero dejar encerrado solo- explicó y la profesora asintió, ella tampoco quisiera dejar a un solo alumno encerrado.
—Vamos chicos- dijo bajando las escaleras seguida de los alumnos.
—No me importaba quedarme solo, no era necesario- dijo el ojiverde- pero gracias- sonrió levemente con los ojos un tanto humedecidos.
Muy rara vez se sentía bien estando acompañado, desde eso le daba miedo que cualquiera se le acercará porqué sentía que le haría daño pero con Joel se sintió extrañamente seguro, sentía como si a su lado nada malo pudiere pasarle, aunque inconscientemente la mayoría de veces se encontraba a la defensiva cuándo el, o cualquiera, se le acercaba.
De verdad le gustaba pasar tiempo con Joel, o al menos no le desgradava como con el resto de las personas, y aunque le costará quería demostrárselo antes de que se cansara de el.
—Joel- murmuró llamando su atención, el rizado sonrió al escuchar su nombre saliendo de la boca del ojiverde y lo miró indicándole que continúe- ¿por qué te cambiaste acá?- cuestionó
No le interesaba particularmente esa información pero quería que supiera que no se sentía incómodo a su lado.
