Erick sintió unas manos deslizarse por el interior de sus muslos y no pudo evitar estremecerse cuando una de esas manos se metió en su camisa para jugar con uno de sus pezones.
Intento apartarse pero esas grandes manos, que ya estaban rozando su entrepierna, no se lo permitieron. Sintió los sollozos brotar de su garganta pero fueron callados por él impacto de una mano en su mejilla.
—Vamos a jugar, te va a gustar y si te escucho llorar te castigó ¿entendiste?- cuestionó logrando que Erick asienta- Dilo- exigió.
—Si, papi.
Sus párpados se abrieron dejando ver unos tristes ojos verdes inyectados de sangre. Llevo inconcientemente una de sus manos hacia su mejilla encontrandola mojada por las lágrimas haciéndolo entender que estuvo llorando aún dormido.
Se levantó quedando sentado en el borde de la cama para agarrar su celular y darse cuenta que eran las seis de la mañana, suspiró porqué la alarma sonaría entres horas y a pesar de tener sueño sabía que no podría seguir durmiendo.
Salió de su habitación en dirección al baño, una vez allí se despojó de su ropa y entró a la ducha para dejar que la lluvia artificial cayera sobre todo su cuerpo mojandolo, sintió la puerta abrirse y un escalofrío cruzó por todo su cuerpo y el ritmo de sus latidos aumento en cuando vio la cortina abrirse dejando ver al hombre que se acercaba lentamente a él. Una vez qué estuvo a su lado lo cargo y con un par de palmaditas en una de sus nalgas le indicó que lo rodeara con las piernas.
—Te voy a limpiar, mí amor- indicó una vez que estuvo en esa posición, bajando sus manos de su espalda a su trasero en donde sus traviesos dedos se movieron hasta llegar a su agujero e introducirse ahí.
Las lágrimas comenzaron a caer por esos verdes ojos mezclándose con el agua de la ducha que tambien caía sobre su cara, se sentó en la esquina de la ducha en donde el agua seguía salpicando.
Se levantó y enjuago rápidamente la cara al sentir unos toquesitos en la puerta, murmuró un leve "pasé" para continuar lavándose.
—Apurate, porqué me tengo que bañar- ordenó su madre antes de introducir el cepillo a su boca.
Cerró las canillas para poder tomar su toalla y luego de envolverse en esta salió de la ducha para plantar un beso en la mejilla de Daysi.
—Buen día, ma- saludó en un murmuró intentando sonreír.
—¡Dios, Erick!¿Puedes parar de llorar?- pidió bruscamente- me irrita que siempre estés llorando. Cada vez que te veo tienes los ojos rojos por llorar o estas llorando ¡Me cansa!- suspiró enojada- ahora salte para que me pueda bañar- ordenó- y no quiero saber qué lloraste o te voy a dar un verdadero motivó para que lo hagas- amenazó levantando su mano derecha.
—Si, mamá- murmuró saliendo del baño.
Al entrar a su habitación fue directamente hacia su teléfono a ver la hora. Estuvo al rededor de una hora y media en el baño, suspiró, eso significaba mucho tiempo libre para atormentarse con recuerdos.
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—Ya me voy, ma- avisó el menor.
—¿Comiste?- cuestionó sin prestarle mucha atención.
—Si- mintió abriendo la puerta para salir de la casa.
La verdad es que rara vez tenía apetito y por esa causa estaba bajando mucho de peso, pero nadie parecía darse cuenta.
Al llegar en lugar de esperar el comienzo de la hora de su primera clase vagando con sus amigos por los pasillos, cómo todos los demás, se adentró directamente al lugar del fondo al lado de la pared en su salón ya que no tenía amigos para hacer dicha actividad.
En cuánto el agudo sonido inundó el colegio el salón empezó a llenarse, ocupando todos los lugares menos el que estaba al lado del suyo.
Cuando estuvieron todos los estudiantes adentró una mujer alta con traje entró acompañada de un chico rizado.
—Buenas tarde, chicos- saludó- el sera su nuevo compañero y esperó lo traten bien- sonrió- te diría que te sientes donde quieras, pero ese es el único lugar libre- se dirigió al nuevo indicando con la mirada el asiento vacío al lado del de Erick que suspiró al verse obligado a tener contacto con aquél chico- bueno, los dejo, espero que lo traten bien- finalizó saliendo del salón.
—Hola- saludó sentándose al lado del ojiverde para luego extender su mano hacia él- soy Joel, Joel Pimentel.
