El que busca. Encuentra.

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Julietta

Busque a Christiano por toda la fiesta. Encargue hasta los mesoneros de que lo buscaran. Cada ves que veía uno le preguntaba y le pedía el favor.

Ya después de un rato, me resigne a que estuviera en la fiesta, así que decidí buscarlo dentro de la casa.

Pero cuando estaba a solo unos pasos de la entrada del jardín a la casa, escuche la risa de una mujer. Mi curiosidad pudo más. Me desvié de mi camino y comencé a seguir el sonido de la risa.

 Una parte de mi, la Julietta enamorada, me decía que volviera a la fiesta, que confiara en el. Pero mi parte lógica, la Julietta sensata, me decía que posiblemente era una pareja que decidió alejarse para tener intimidad. Pero mi parte dudosa, la Julietta celosa, incentivaba a mi curiosidad a seguir hasta el lugar donde provenían las risas.

No tarde mucho en llegar.

Camine unos diez pasos y me encontré con una parte del jardín, donde estaba un banco y detrás de el había una especie de balcón, desde el cual había una hermosa vista a la ciudad. Por lo que deduje que seria cerca de las habitaciones y las terrazas.

Se trataban de una mujer de la cual era obvio que provenían las risas y de un hombre, el cual se encontraba de espaldas y no lograba visualizarlo bien. Ya que un arbusto obstruía la luz, dándole al lugar una oscuridad tenue.

Me acerque al arbusto para tratar de verlo. Pero me quede helada cuando se encendió una luz en una de las ventanas cercanas de la casa, permitiéndome visualizar como la mujer se movió hacia el hombre y lo beso.

 La rabia hacia ebullición dentro de mí. Porque no solo los veía con perfecta claridad, sino que ya había encontrado a los que estaba buscando.

Me disponía a arrancarle la cara a ambos cuando el celular de christiano sonó. El rompió el beso inmediatamente y atendió la llamada. La muy idiota lo miraba con una gran sonrisa en su rostro.

Le quería borrar esa sonrisa de un solo golpe. Pero al escuchar a Christiano decir: “cálmate             Evangelina, ya voy”. Me entro pánico ser descubierta escondida. Así que corrí y regrese a la fiesta.

Estaba furiosa, diseccionada y con gana de matar a quien se me atravesará. Corrí a la barra de tragos y me tome dos copas sin saber que contenían. El licor logro calmar mis nervios y relajarme un poco. Pero aun no sabia que hacer. Así que comencé a beber. Tome y mezcle más de un licor. Evangelina me encontró algo relajada hablando con el chico que atendía la barra.

Julietta al fin te encuentro. Ya localice a Christiano—dijo tomándome del brazo y sentándose a mi lado—no hay nada de que preocuparse lo llame y me dijo que se encontraba en el baño—lo que hice fue reírme al escuchar eso.

Típico—fue mi respuesta.

¿De que hablas?—dijo Eva— ¿A que te refieres con típico?—me sonreí y la mire a los ojos.

A la respuesta de tu hermanito—dije—me parece tan típica esa escusa. ¿Si supieras?

Julietta. ¿Que sucede?—pregunto observándome de mas cerca—estas ebria—afirmo--¿Por qué estas borracha?

Por el –dije. Señalando a Christiano el cual aun estaba acompañado de la pelirroja y se mostraba sonriente ante todos—¿Sabes creo que acabo de adquirir una fobia?—Evangelina se empezaba a mostrar preocupada, se le notaba en la cara.

¿Una fobia? Julieta ¿De que hablas?—dije.

Si. Una fobia. A las pelirrojas—dije—la nombrare…  pelirojofobia—dije muerta de la risa.

El Matrimonio Segunda Oportunidad Where stories live. Discover now