Durante la boda parte 3

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por fin actualice lo siento espero que les guste. lei todos sus comentarios

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Julietta

Nos encontrábamos aun en la fiesta de nuestra boda. Sentados en la misma mesa. Yo en parte estaba disfrutando de la fiesta, mientras le hacia creer a Christiano que solo fingía. ¿Por que fingir que disfrutaba mi fiesta de bodas cuando en si lo estaba haciendo? Al fin de cuentas era mi fiesta. No me costaba para anda disfrutar, sin dejar de fastidiar a Christiano. Tengo pensado torturarlo hasta después de  la luna de miel o por lo menos los primeros días.

A mi lado el aprovechaba que estábamos en publico para robarme besos. Yo ni boba y ni perezosa. Dejaba que el me los diera. Disfrutaba ver como me miraba a los ojos después de besarme. Me retaba con la mira. Sabía que me estaba diciendo si estaba segura que quería eso. Pero yo no le demostraba nada.

¿Julietta? ¿Podrías—pregunto Evangelina que se acaba de acercar a la mesa—acompañarme a la casa? Quiero entregarte mi regalo de bodas—dijo.

Claro—dije poniéndome de pies—así aprovecho en cambiarme y ponerme un vestido mas cómodo. Este me esta matando—dije quejándome de mi vestido.

¿Te lo piensas quitar?—pregunto de repente Christiano.

Si. ¿Por qué?—le rete.

Es que yo quería encargarme de esa tarea—Evangelina no dejaba de observarnos.

Pues lo siento. No lo aguanto y me cambiare—dije esto y me retire. Evangelina me siguió a toda prisa.

Ya al llegar a mi habitación me comencé a quitar el vestido y buscar el que tenia de repuesto.

¿Me puedes explicar que esta pasando?—me pregunto muy molesta—y no me vengas a decir que nada porque sabes que no me tragare ese cuento. Conozco muy bien a mi hermano y a ti ya te estoy conociendo y se que ambos están raros. El parece nervioso y tu actúas como si todo fuera color de rosas. Así que habla—dijo mientras me encaraba y me hacia mirarla y dejar de desvestirme.

Ok te lo diré pero primero ayúdame con el cierre si. No es mentira que ya no soporto el vestido.

Cuando me termine de desvestir y cambiarme a un vestido mas cómodo pero sin dejar de representar para la ocasión. Ya que era blanco y se basaba en ser sin mangas y con un corsé hasta la parte baja de los pechos y desde hay caía como una cascada en una mezcla de seda y blonda ambas blancas, hasta el suelo. Nos sentamos en mi cama.

Bien te contare, y al final te pediré algo que espero que aceptes, es algo en lo que necesito de la ayuda tanto tuya como de la de marcos—le dije.

Vale, pero cuenta de una ves—me ínsito.

Le conté todo. Desde mis preocupaciones hasta lo sucedido con el en el cuarto. No deje un detalle si contar. Ella solo me miraba y asentía a todo lo que le decía. Ya para cuando termine elle paso un rato sin hablar y yo estaba pensando que primera ves que lograba que ella se callara por tanto tiempo hasta que hablo.

Creo que entendí—dijo—deseas jugarle una broma a mi hermano para que entienda que el mundo no gira entorno a el y que no es el único que tiene ex. Por eso quieres que nos vayamos con ustedes a la luna de miel.

Exacto—le dije—quiero que se sienta mal unos días, si es posible hablar con Scott y hacerlo participe de esta idea. Ese seria. Lo mejor de esto es que le daremos una lesión. Tiene que aprender que yo soy su esposa y que desde ahora en adelante ambos nos merecemos respeto.

Me parece genial—dijo con mirada y sonrisa diabólica—mi hermano se lo merece y por la estúpida de Katherine no te preocupes que de esa me encargo yo cuando volvamos, le se un par de cuentos con el tío Paulino. Ya veras que la espanto rapidito—dijo.

¿de que estas hablando?—le pregunte.

De nada que debas saber por los montos—dijo mientras se levantaba de mi cama y se dirigía a la puerta—iré hablar con marcos y me encargare de llamar a Scott también. Se que estará mas que en cantado de la vida de hacer esto. Le tiene unas ganas a Christiano.

Si lo se—dije sonriendo—iré a loa fiesta. Has las maletas partimos en un par de horas.

Ya estoy en eso—dijo retirándose y entrando a su cuarto, pero antes de entrar se giro—sabes eres increíble. Y ya no eres mi cuñada eres mi hermana, es bueno saber que el amor no te nubla la mente como a muchas mujeres—y diciendo eso tranco la puerta.

Justo cuando estaba llegando a la puerta que conducía a la fiesta en el jardín me los volví a topar. Si me los volví a topar. Esa mujer había aprovechado de nuevo para buscarlo y el de nuevo se dejaba encontrar solo por ella. Aunque pude observar esta ve que la escena esta ves era totalmente diferente. Ella trataba de pegarle una cachetada y el la sujetaba por las muñecas y le imploraba que se calmara que ya los de seguridad venían en camino para sacarla.

Pase junto a ellos como si no los hubiera visto. Y ellos tampoco se percataron de mi presencia su pelea era tan fuerte que no estaban prestando atención a lo que pasaba.

Llegue a la fiesta y me acerque a mi familia, baile con mi abuelo y mi padre y me tome un par de fotos con todos ellos.

Cuando pensaba que bailaría de nuevo con mi padre. Apareció Christiano.

Julietta es hora de irnos—me dijo. Pero estaba muy serio. Molesto era poco para lo que su cara expresaba. Me fije que mi  padre noto lo mismo.

De acuerdo—dije—espérame en la entrada. Me despido de todos y te alcanzo—le dije con una sonrisa.

De acuerdo—dijo y se fue—no te tardes—escuche que dijo antes de partir.

Me despedí de todos y corrí en busca de  Evangelina y Marcos. Ya estaba listo con maletas en mano. Y la mía entre ellos.

Nos dirigimos a la salida de la casa y nos encontramos con un Christiano mucho más molesto que antes. Su cara era un poema al ver nuestros nuevos acompañantes. Ya quería ver como se va a poner cuando viera a Scott.

El Matrimonio Segunda Oportunidad Where stories live. Discover now