El Matrimonio Segunda Oportunidad

Una Semana Despues.

Julietta

Hace una semana que habíamos vuelto de Miami. Y nuestra relación seguía como si nada malo hubiera pasado.

Pudimos tener nuestra luna de miel. Y aun en las noches la seguimos teniendo.

Christiano cada día me regala un gesto o algo que me demuestre que es feliz conmigo. Y eso me encanta.

Aquella noche que pasamos juntos y que resolvió todos nuestros problemas prometimos que ya nada se interpondría entre nosotros.

Ahora vivimos con Scott en el apartamento de roma. Si. Con Scott. Resulto que de verdad se hicieron buenos amigos y christiano lo invito a pasarse unos días en roma, mientras organizábamos la boda de Marcos y Evangelina.

RESULTO QUE SI ESTABA EMBARAZADA. Y bueno se casaran antes de que se comience a notar. Espero ser la próxima en seguirles con lo del embarazo.

Puedo decir que todo esta excelente. Pensamos que nuestras familias pegarían el grito en el cielo por lo del embarazo de Evangelina. Pero no resulta que hasta apuestas entre los hombres había. Al parecer ya se daban cuenta en lo que la parejita se las pasaba.

Hoy me encontraba caminado de la mano con Christiano, por un centro comercial. Queríamos comprar algunas cosas y escapar de Scott. Se lo dejamos a Evangelina y Marcos y nos vinimos de paseo.

Christiano. Querido pero que sorpresa verte aquí—dijo una Katherine que salía de una tienda—pensé que aun jugabas al esposo en la luna de miel!—christiano se tenso y apretó mi mano. No voltio a mirarla, siguió caminando. Pero ella no se dio por vencida y nos cortó el paso—que pasa Christiano? Ahora me ignoras? O será que me tienes miedo?—como el seguía sin mirarla lo obligo a mirarla tonándolo de la cara. Al hacer esto Christiano no aguanto más y tomándolas de las manos hizo que dejara de soltarlo.

Yo no te tengo miedo Katherine—fue lo único que le dijo y seguimos caminando. Ella no hizo nada más.

Caminamos un par de tiendas mas hasta llegar al estacionamiento del lugar. Christiano no decía ni una palabra. Se veía a leguas que estaba pensando.

Amor—lo llame a penas nos sentamos en el auto—no pasa nada.

Se que no pasa nada—dijo—necesito dejarle las cosas claras de una vez, para que así nos deje en paz.

Deberías citarla y hablar con ella en privado—christiano me miro como si estuviera loca—no me mires como si estuviera loca. Confió en ti. Cítala y ponle las cartas sobre la mesa. O las reglas que se yo.

¿Estas segura?—pregunto.

Si lo estoy—le dije con mucha seguridad—estamos bien. Creo en ti. Y se que si no hablas con ella no nos dejara en paz. Y también que si no lo haces tu lo hare yo y créeme eso no será lindo—sonrió al oír lo que decía.

¿No será lindo?—pregunto entre risas.

No. Le tengo unas ganas—dije mientras hacia gestos de peleas con una mano en puño pegando a la palma de mi otra mano—así que es mejor que evites eso. Porque me cargo a golpes—el se rio hasta no mas poder. Luego cuando se calmo de las risas arranco el auto.

Tengo una esposa mafiosa—dijo. Y se volvió a reír.

Llegamos a nuestro apartamento y nos encontramos a marcos y a Scott envueltos en telas y flores de adornos.

¿Y es que ahora se creen ninfas?—les pregunto Christiano al verlos en ese estado.

Ambos nos miraron con suplicas—Evangelina nos tiene locos, menos mal que llegaron—christiano me miro y yo le devolví la mirada. Como si estuviéramos comunicados mentalmente comenzamos a retroceder lentamente hasta la puerta de entrada. Los chicos se percataron de que queríamos huir y se levantaron corriendo para atraparnos. Gracias a que estaban forrados de pies a cabeza de telas y encajes Scott se cayo y en la caída se levo a Marcos con el también. Esa fue nuestra oportunidad y salimos corriendo del apartamento.

Cuando estábamos en el auto de nuevo. No encontrábamos como parar de reír.

Y ahora adonde nos vamos—le dije entre risas—nuestra casa parece una oficina de festejo con dos ninfas transformista.

Pobres mi hermanas los tiene ya al limite—dijo ya pasando la risa—y no te preocupes tengo un lugar secreto adonde podemos ir—dijo esto y arranco el auto.