final

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Christiano

Me mire en el espejo y observé mi reflejó. Un par de canas se pueden ver en mi cabello.  Han paso 5 años, desde el día que cambio mi vida completamente.

Ese día nacieron los trillizos. Los más grandes tesoros de mi vida.

Son los que me dan motivo para seguir adelante.

Mis dos princesas Belén y Samantha y no puedo dejar por fuera a Sebastián, el que me imita y cuida de sus hermanas.

Han crecido muy bien. Sanos y llenos de amor. Trato todo lo posible de estar con ellos.

Aún recuerdo ese día como si hubiera Sido ayer.

Julietta había caído inconsciente. Paso toda la cesárea dormida. Las niñas venían con complicaciones. Pero al sacar a Sebastián fue más fácil sacarlas sin peligro. En cuestión de una hora todo estaba bien. Los niños en sus encubadoras y los médicos terminando con Julietta. Pero algo paso. Hubo otra complicación y me sacaron del quirófano.

Duraron 5 horas con ella en quirófano. Y nadie me decía nada. En eso llegó Marcos. Su hijo había nacido.  Estaba todo emocionado, pero cuando me vio se dió cuenta que algo andaba mal.

Nos dimos consuelo mutuamente. Y para distraernos fuimos a ver a los bebés. Ambos estamos emocionados, la familia creció. Y nuestras responsabilidades también.

Fui a ver a mi hermana, y no pude evitar reírme de ella. Estaba cansada y de mal humor. Decía que en su vida volvía a dar a luz. Que preferiría una cesárea. Al decir eso volví a recordar a Julietta, fui por información y me i formaron que ya la habían trasladado a recuperación. La complicación había sigo una hemorragia en el útero y había perdido mucha sangre pero ya todo estaba estable.

Sentí una mano en mi hombre y volví a la realidad.

— Papi, tío Marcos nos mandó a buscarte — observé como Sebastián y Angelo tan pequeños se comportaban como unos hombrecitos — Dice que tengas piedad de él, que lo están volviendo loco — no pude evitar sonreír, claro que lo volverían loco. Hoy era el cumpleaños de los 4 niños. Y Evangelina y Julietta tenían un compartir entre la familia y los más cercanos a ellas.

Corrí ayudar a mi cuñado. Y entre los dos cumplimos los caprichos de nuestras esposas, todos los años nos quejabamos y todos los años igual lo hacíamos.

Los momentos difíciles quedaron atrás. Y grandes momentos se vivieron. No podía quejarme de mi vida.

La fiesta fue tranquila. Los niños jugaron se divertieron y los adultos también. Hubo muchos regalos y sorpresas como la que le dió Evangelina a Marcos. Otro bebé venís en camino. El pobre se emocionó mucho hasta que recordó que le venía una nueva tanda de pañales y noches sin dormir.

Al finalizar la fiesta los abuelos se repartieron a los nietos. Para pasar la noche con ellos. Y así dejar que los padres descansarán y tuvieran una noche juntos.

Me encontraba en la terraza de nuestra habitación cuando Julietta me encontró y me abrazo por la espalda y coloco su quijada en mi hombre.

— Vienes a la cama? — me preguntó.

—  Contigo siempre — le dije.

— Te noto algo diferente—

— No es nada, solo estoy nostálgico —

— Por qué? —

— Porque, por la vida. Porque todo ha pasando tan rápido y porque soy feliz con la mujer que tengo a mi lado. Porque se que aunque pasen años y años nunca podré dejar de amarte como lo hago— le dije dándome la vuelta y mirándola a los ojos. Seguia igual de hermosa que el primer día que nos presentaron. Y que yo fui un patán con ella.

— Yo también te amo.—

La tomé del brazo la lleve a la cama y le hice el amor toda la noche. Toda la vida.



                       Fin.

El Matrimonio Segunda Oportunidad Where stories live. Discover now