El juego inicio

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Julietta

Christiano pasó de muy mal humor todo el viaje a Miami. Se molesto mucho cuando vio nuestros acompañantes de viajes. Cuando quiso decir algo lo interrumpí diciendo que ellos ya sabían lo que pasaba entre los dos.

Marcos ayudo con lo que dije diciéndole mientras metía las maletas en el auto, que la había jodido y bien grande. Evangelina por su lado solo lo miro con gran molestia fingida y le dijo que nunca iba aprender.

Después de eso solo nos montamos en el auto y nos fuimos al aeropuerto. Cuando llegamos no tardamos mucho porque nos fuimos en el jet privado de la familia. Durante el viaje Evangelina y yo nos sentamos juntas retiradas de todos para planear nuestros momentos de venganzas a christiano.

El por su lado se sentó solo en uno de los asientos y nos ignoro todo el viaje. Y marcos solo se sentó y durmió todo el trayecto.

Cuando llegamos a Miami, nos fuimos directamente a la casa. Cada quien se fue a su habitación. Yo comencé a caminar hacia mi antigua habitación mientras Evangelina y marcos se iban a la de marcos. Pero cuando estaba llegando a mi cuarto christiano me agarro por un brazo.

¿Me imagino que dormiremos juntos?-pregunto con esperanza en los ojos.

Te imaginas mal-le dije soltándome de su agarre-puedes tomar la misma habitación que utilizaste la ultima ves que estuvimos aquí-dije mientras entraba y me apoyaba en la puerta.

¿Por qué estas haciendo esto? ¿Por qué me tratas así? Tu sabes que no paso nada-dijo demostrando impotencia y desesperación.

Yo solo se lo que vi. Y fue a ti salir de tu cuarto por la terraza y luego tratar de salir por el mío mientras Katherine salía del tuyo-le dije cruzando mis brazos-así que para mi es obvio lo que estaban haciendo.

Julietta... te juro que no paso nada entre nosotros. Estas viendo cosas donde no las hay. Al contrario me le negué. Primera vez en mi vida que pude negarme a ella-dijo con total verdad en sus ojos. Y se que así era yo lo vi. Pero el necesitaba una lección y urgente. Non quiero en un futuro tener que pasar por lo mismo.

Tus palabras me dan igual christiano-le dije empezando a cerrar la puerta pero el me lo impidió.

No nos hagas esto-me suplico.

Yo no fui la que se encerró con su ex ninfómana en un cuarto-le dije. El se rindió con mis palabras y dejo que cerrara la puerta.

Cuando estuve sola en mi cuarto. No dejaba de recordar la cara de christiano y lo mal que se veía. Se que mis palabras le dolieron. A mi me dolieron. Lo amo demasiado, pero no puedo dejar que el amor que siento por el me vuelva ciega y me convierta en la típica esposa que ve a su marido como el ser mas perfecto del mundo, porque eso no existe.

A la mañana siguiente fui la ultima en bajar a desayunar. Y me encontré con que christiano había preparado el desayuno para todos. Había hecho unas horribles arepas, tratando de imitar las que preparaba la señora de la casa.

Me senté y las probé. De sabor no estaban mal. La apariencia era la que no te hacia querer comerlas.

Evangelina-dije mientras me servía jugo-¿quieres salir conmigo hoy de compras?

Obvio-dijo-sabes que eso no tienes que preguntarlo. ¿te parece si nos cambiamos y nos vamos?

Ya yo estoy lista-me había colocado un short diminuto sobre el traje de baño y una blusa tejida para tapar la parte de arriba de mi traje. En cambio Evangelina aun estaba en pijama-tu cámbiate mientras yo termino de desayunar.

Yo me quedare con Christiano-dijo marcos-no me apetece pasar horas infinitas con ustedes en las tiendas.

Las dos nos limitamos a sacarle la lengua. Yo seguí comiendo mientras Evangelina corrió a cambiarse.

El Matrimonio Segunda Oportunidad Where stories live. Discover now