el reencuentro entre cristiano y Julietta

29.2K 2.1K 47
                                    

Julietta

Al parecer mi memoria quería regresar. Desde que marcos me había enseñado la foto. Cada ves que me quedaba dormida soñaba con el.

Con sus ojos. Y hasta en una ocasión con un beso.

Pero aun así no lograba recordar. Cuando despertaba, lo que había soñado me quedaba algo borroso, y me costaba recordar. Pero sentía que quería a ese hombre.

Pero justo la noche anterior, tuve un recuerdo mas claro. No se si fue el hecho de que hoy lo volvería a conocer que detonaron los recuerdos. Pero era el recuerdo de una fiesta.

Yo me encontraba sentada en una mesa ignorando un caballero. Cuando el chico el tal Cristiano se sentó a mi lado de forma pedante. Me exigía que le pidiera al otro caballero que se fuera.

Fue como si lo estuviera viviendo en ese momento:

Dile que se retire—exigió cristiano.

Ambos se me quedaron mirando esperando mi respuesta. Me levante tome una copa de vino de un mesonero que pasaba y me gire a verlos.

No le daré la razón ni a uno ni al otro. No me metan en sus peleas de niños. Y cristiano, nunca pero escúchame bien nunca me digas que hacer o decir. No soy una estúpida sin cerebro que no sabe que hacer.

Tome un sorbo de mi copa y cuando estaba inclinada para recoger mi teléfono de la mesa, al colocar la copa de vino la vertí encima de christiano de una forma muy accidental.

Cristiano se levanto de golpe maldiciendo en italiano.

Pero que te pasa si serás imbécil—me grito delante de todos.

Yo... lo siento… fue sin querer… un accidente—dije fingiendo pena y vergüenza.

Que accidente y que nada lo hiciste adrede—dijo. Al terminar de decir esto ya éramos el centro de atención. Todos estaban impactados como el joven Cristiano ofendía y trataba a su futura esposa.

Yo.. yo..—fingí no poder hablar del miedo por su actitud.

¿es que eres una inepta?. No mejor una torpe.—

Francesco al ver esto aprovecho para darle mas leña al fuego.

Cristiano… hombre tranquilizante que fue un accidente—dijo tratando de ayudarme y de dejar mal al susodicho.

Tu cállate y te dije que te largaras—grito.

Luego me llego otro recuerdo de esa misma fiesta:  estábamos rodeados de varias personas.

Julietta mi vida disculpa. Es que soy algo obsesionado con el cuidado de la ropa y me altere porque esta es mi favorita—dijo con una sonrisa en la cara y la mirada suavizada como si de verdad lo sintiera. Maldito actor, me gano fingiendo el muy cerdo.

No te preocupes yo entiendo—dije fingiendo alivio—si me disculpan me gustaría en verdad retirarme a mi habitación.

Cristiano se me acerco y me dio un beso en la mejilla.

Tranquila mi vida descansa fue un largo viaje el que realizaste hoy—dijo.

Gracias—dije. Cuando me dignaba a retirar me jalo por un brazo me abrazo ante la vista de todos y me robo un beso, solo roso mis labios por unos segundos pero ese beso me produjo un corren tazo de energía por todo el cuerpo. Se despego de mis labios sin soltarme me miro a los ojos y acerco sus labios a mi oído.

Esta me la pagas—dijo. Temblé por la frialdad de su voz más que por la amenaza si quería guerra la tendría. –Que descanses mi amor.

Feliz noche a todos—dije, y corrí como loca a mi habitación después de salir del gran salón.

Pero el último recuerdo me atormento esa noche:

Era uno donde mi primo y yo estábamos en una terraza y al escuchar unos ruidos, nos asomamos a la habitación cercana y en ella encontramos a Cristiano practicándole sexo oral a una pelirroja, al ver esa mujer me desperté sobre saltada y asustada, sentía que ella me había hecho algo malo.

Yo solo no podía entender como me había enamorado de un ser tan imbécil y malo como Christiano, era el ser mas estúpido, ridículo que fuera conocido en mi vida.

¿De verdad me enamore de un hombre así? Esa pregunta me perseguiría.

Me arregle para bajar a desayunar. Cuando llegue al comedor ya estaban sentados todos a la mesa.

Me senté frente a marcos.

Buenos días y buen provecho—dije sin nada e ánimos.

Gracias—respondieron todos.

¿Por que esos ánimos?—pregunto marcos—¿no deberías estar emocionada porque conocerás a Christiano?.

La verdad no. Tuve unos recuerdos de el y no fueron muy gratos—dije arrugando mi cara.

¿Cuales recuerdos?—preguntaron mi primo y mi padre al mismo tiempo.

Uno donde me insulto delante de todo el mundo porque derrame mi copa sobre el—dije enumerando con mis dedos—el segundo fue de seguro en esa misma fiesta alguien lo obligaba a pedirme disculpas y el lo hizo fingiendo arrepentimiento, pero en cuanto pudo, me amenazo diciéndome que se las pagarías y el tercero hasta asco me da, por que era el haciéndole sexo oral a una pelirroja en el cuarto junto al que estaba yo—al decir esto mi padre escupió el jugo que estaba tomando.

¿Que? –pregunto mi padre molesto—tu nunca me contestes eso?

Ya va calma—dijo MARCOS—que las cosas no son así Julietta. Estas recordando lo malo no lo bueno y para tu información tu fuiste la que le derramo el vino adrede porque desde que se conocieron se cayeron mal. Y eso de que se lo ibas a pagar si lo cumplió y lo hizo fue llevando a su ex a la casa que era esa pelirroja—dijo molesto—y sabes que me molesta que no recuerdes nada, todas las cosas buenas que vinieron después, cuando descubrieron que estaban enamorados y todas las cosas que hacía el por ti.

¿Así como que?—dije molesta—por que no me cuentas por completo todo a ver si de una ves recuerdo, ¿es que tu crees que yo me siento feliz así?.

Yo se lo puedo contar—dijo, una voz que al escucharla mi estomago se lleno de mariposas. Todos no giramos y casi se me sale el corazón al verlo allí de pie en la puerta, con una caja de bombones en una mano y en la otra un ramo de rosas blancas.

Sentí ganas de llorar al verlas, y un fugaz recuerdo de un gran ramo de rosas blancas con una nota que decía:

Quería Julietta.

Espero que te gusten las flores, no quise mandarte las típicas rojas, prefiero el blanco porque representa la purgación y este es mi modo de purgar mis pecados contigo, se que no me e portado adecuadamente contigo y pido disculpas por ello. Por mas que no lo quiera asimilar dentro de unos meses seremos marido y mujer, y debemos de tratar de tener una relación de amistad por lo menos.

Toma este presente como mi símbolo de tregua hacía contigo, prometo que te tratare de ahora en adelante como te mereces.

Si estas dispuesta a realizar una tregua conmigo te esperare a las 12 de la noche en la terraza.

Christiano.

Sentía tantas ganas de llorar, mi corazón se acelero tanto era como si me dijera a gritos que lo ama y lo había extrañado tanto.

Camine hacia el y el inicio a caminar hacia mí también. En un instante estábamos frente a frente.

Christiano—dije.

Julietta—dijo el con una sonrisa triste en su cara—me darías una segunda oportunidad—dijo al entregarme las flores y los bombones.

El Matrimonio Segunda Oportunidad Where stories live. Discover now