¿Todo vuelve hacer como antes?

24.8K 1.6K 66
                                    

Julietta.

Los días habían pasado. Una semana se fue en un abrir y cerrar de ojos.

Mi plan se arruino desde el momento en que Christiano y Scott, se hicieron amigos.

¡Si! ¡Amigos!. ¿Pueden creerlo?

Ese par ahora se llevaban de lo mejor...

Yo me sentía totalmente frustrada y Marcos no me ayudaba a sentirme mejor. Cada vez que podía se burlaba de mí.

Christiano por su parte me ignoraba por completo. Ya no andaba atrás de mí. Ni me dirigía la palabra. Solo para cosas necesarias. Un ¡permiso! o ¡pásame eso por favor! Presentía que se había cansado de mi y mi actitud. Y eso no me gustaba.

Mi juego se había vuelto en mi contra.

Hoy llegaban a mis padres. Querían según ellos pasar unos días de descanso y ver la casa.

No le di importancia. Hasta que caí en cuenta que al estar ellos aquí me tocaría convivir con Christiano como esposos. Pensándolo me di cuenta que podía poner el juego a mi favor y torturar a christiano en la intimidad de nuestra habitación.

Corrí a buscarlo. Pero no lo conseguí. Le pedí a la señora que se encargaba de la casa que me ayudara a pasar las cosas de el a mi habitación. Y que no le dijera a mis padres que no habíamos compartido alcoba

Busque a Marcos y a Evangelina pero también habían salido. Al parecer tenia días sintiéndose mal y fueron al medico. Sus síntomas me parecían conocidos pero no quise ser entrometida.

A la hora de la cena, mis padres ya estaban en casa. Yo había colocado todo en orden. Los chicos aun no llegaban.

Entretuve a mis padres, platicando y tomando una copa de vino con ellos esperando que los chicos llegaran.

Mi padre me analizaba lo sabia.

Princesa ¿Qué tal la vida de casa?—me pregunto como quien no quiere la cosa—

Muy bien papa—dije esquivándole la mira. Y ese fue mi gran error. De dio cuenta de una que le estaba mintiendo. Per e hizo como si no se fuera dando cuenta.

Me alegra—dijo mirando hacia la puerta. En ese momento llegaron Marcos y Evangelina. Ambos se veían fatal y Evangelina tenía la cara hinchada. Era evidente que había llorado. Solo se limitaron a saludar a mis padres e indicar que no cenarían con nosotros, que estaban cansados y que se retirarían a sus habitaciones.

Mis padres me miraron. Mi madre me miro mostrando preocupación. Y mi padre confusión. Les dije que ella no se había sentido bien durante días y mi madre que normalmente anda en las nubes, me hizo un gesto con la mano. Curvo su mano como si acariciara una superficie redonda y luego dibujo con su mano una barriga en su vientre. No encontré que decir, pero era obvio que mi madre con solo ver a Evangelina una sola vez se dio cuenta de lo que yo sospechaba.

El no tener un tema de conversación con mis padres me estaba volviendo loca. Así que llame a christiano. Atendió después de que se cansara de repicar el teléfono.

¿Si?—pregunto.

Amor. A que hora piensas venir. Ya mis padres están aquí y te esperamos para cenar—trate de sonar lo mas tranquila y como si fuera normal entre nosotros tratarnos así.

¿Amor?—me pregunto—¿desde cuando soy—no termino la pregunta se comenzó a reír el muy estúpido—claro de seguro están junto a ti y te toca fingir—dijo—en 20 minutos estoy llego. Amor...—esto último lo dijo en burla.

Christiano.

Colgué la llamada muerto de risa. Haberme hecho amigo de Scott fue lo mejor que pude hacer el mismo me había dado la idea de que invitara a mi suegro poder hacer sufrir un rato a Julietta. Le tocaría convivir conmigo como lo que éramos esposos y ese seria mi momento para hacerla entrar en razón. Y sino aprovecharía mucho los momentos en compañía para robarle besos y caricias.

El Matrimonio Segunda Oportunidad Where stories live. Discover now