Mentes trastornadas parte 1

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Nunca me había pasado por la mente en que a mi vida llegaría un hombre como Crhistiano. Un hombre por el cual me tocarían pasar tantas cosas, malas y buenas.

Pero sobretodo nunca pensé que tenia que poner en su lugar a cada mujer de su pasado.

Katherine aun estaba sin habla. Nunca pensó que yo estaría allí. Era mas que obvio que ella esperaba un encuentro a solas con él. Y no conmigo dentro de la ecuación. Le sonreír y me senté mientras le sonreír. Y tome una posé de superioridad. Ella hechaba chispas de rabia por los ojos. Ja! No sabe quien soy yo.

---- Se puede saber porque ella tiene que estar presenté? A caso no eres capaz de verme a solas?--- le dijo a Crhistiano--- o es que no tienes el valor para hacerlo?

Él me miro y me dedico una sonrisa, luego cuando la miro a ella su cara paso hacer fría.

---- No es que no tenga el valor de hacerlo como tu dices! Simplemente necesito que entiendas lo que es ella para mí. Tu ya no tienes influencias en mi. No puedo negarte que en el pasado me enseñaste muchas cosas, pero ya no me interesas de esa forma. Solo me das lastima!---- le dijo. Ella solo lo miro como no queriendo asimilar sus palabras.

---- No entiendo! Se que me deseas. Eso solo lo dices por no hacerla sentir mal!

---Te equivocas!--- le dije desde mi lugar en el sofa--- Si es lastima. Y ya que el por ser el caballero que es, no se atreverá a decirte las palabras. Lo haré yo---me levante y me coloque frente a ella---- Tiene lastima de la mujer en la que te convertiste! Una mujer que solo encuentra refugio en el sexo! Una mujer que no se sabe sentir querida y amada! Y si te soy sincera hasta a mí me das lastima! Es lamentable que nunca experimentes lo que es querer y amar a alguien y que ese alguien te ame y te quise de la misma manera.

Mis palabras la enfurecieron. Al tal grado de quererme pegar una a bofetada. Pero me le adelante y le agarre por la muñeca. A mi espalda Crhistiano me quiso sujetar por los hombros para hacerme a un lado.

---- No te confundas querida. No soy mujer de las que se deja pegar--- le dije.

---- Estúpida!--- Me escupió en la cara--- esta me las pagan los dos. Y sobretodo tú Crhistiano. Sabes que te puedo undir si me lo propongo.

Agarro sus cosas y se fue dejándonos solos. En su mirada vi que no estaba amenazándolo por amenazar. Solo me pregunto a que nos tocaría enfrentar esta vez.


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