los recuerdos vuelven

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JULIETTA.

Después de pasar el día con Christiano, me sentía tranquila, en el fondo sabía que ese hombre era especial para mi, deje de preocuparme por mi memoria, y comencé a volver loco a mi padre para que arreglara los preparativos del viaje.

Durante esa semana, me llevarán al medico para realizarme chequeos. También para que el llenara un expediente sobre mi caso el cual se le daría al medico que continuaría mi tratamiento en Roma.

En una semana estaría en Roma, y desde que llegara seria, solo para preparar todo lo relacionado con la boda. Por lo que me contaron el vestido que yo tenia había quedado vuelto un desastre en el accidente.

La semana se esfumo en un abrir y cerrar de ojos. Ya estaba lista para abordar el avión. Esta ves no hice maletas para el viaje solo un pequeño bolso se mano, me acompañaría esta ves. Según marcos toda mi ropa estaba allá.

Me encontraba nerviosa. Ansiosa por saber si al llegar tendré recuerdos.

A mi lado se encontraba christiano. Se notaba que también estaba nervioso pero trataba de disimularlo. Nos encaminábamos en el aeropuerto para abordar el avión.

Un pequeño recuerdo me llego. Fue como un Déjà vu. La sensación de haber pasado ya por lo mismo. El sentir que ya lo había viví antes. Que me era familiar estaba allí.

Abordamos el avión y nos sentamos en nuestros asientos de primera clases.

Durante el vuelo tuve varios recuerdos pero no quise decir nada. En parte eran de cuando viaje la primera vez. Y de nuevo los de la fiesta y cuando conocí a Christiano en el despacho de la casa por eso no les di importancia ya sabia que eran recuerdos de un muy mal comienzo entre nosotros.

Durante el vuelo tuve mis recuerdos, y partes de ellos fue cuando dormía.

Al llegar a Roma, seguía con la sensación de que volvían a mí.

Un auto negro nos esperaba en el estacionamiento del aeropuerto. Y sonreía a recordar el mismo auto en el que me recogieron la primera vez. Reconocí las calles, los lugares por los que pasábamos, mi corazón se aceleraba más cada ves que reconocía algo. Christiano noto mi entusiasmo.

¿Julietta?—me llamo. Pero yo no despegaba mi mirada de la ventanilla— ¿Julietta?—me volvió a llamar. Hasta que no aguanto y me giro la cabeza tomándome de la barbilla— ¡Hey! ¿Sucede algo?

¿Por qué lo preguntas?—dije volviendo a girarme para mirar por la ventanilla.

Porque estas rara, se que estabas nerviosa pero ahora estas diferente como acelerada—dijo— ¿por casualidades de la vida, estas recordando algo?

No—mentí. No quería que supieran que estaba recordando hasta que mi mente estuviera por completo devuelta. Al escuchar mi respuesta, Christiano no pudo disimular su cara de disección.

Si llegaras a recordar, por favor no dudes en decírmelo ¿si?—dijo.

Te lo prometo te diré—

El resto del viaje a la casa, estuve mirando por la ventanilla, recordando poco a poco los lugares que veía. Al llegar a la casa, recordé a verme sorprendido por su tamaño. Entramos al lugar y recordé que ame su decoración. Pude notar que Christiano estaba muy pendiente de mí. Así que trate de disimular, estar confundía.

Pero mientras los empleados de la casa se encargaban del equipaje de mi primo y de Christiano. Recordé la casa entera. Hasta donde quedaba mi cuarto. Por poco cometo el error de irme sola al lugar que recordaba como mi habitación.

Disculpa Christiano podías indicarme donde me alojare, me gustaría descansar un poco, antes de ver a tu familia si no te importa—dije.

No, tienes razón es mejor que descanses un poco. Es mas todos deberíamos hacer lo mismo el viaje a sido largo y deben estar agotados—dijo—ven sígueme. Tu cuarto esta junto al mío y frente al de Marcos.

Fingí estar siguiéndolo, pero me sabía ya el camino. Cuando llegamos, me costo mucho no dirigirme sola a mi puerta y esperar que el me indicara cual era mi habitación.

Christiano abrió mi puerta y me indicó que era mi habitación. Estaba tal cual la recordaba.

Gracias. Tomare un baño y dormiré un poco ¿a que hora será la cena?—pregunte.

A las 9pm tienes como tres horas para dormir y dos para prepararte, le diré a Micaela que venga a despertarte dentro de tres horas ¿te parece?—propuso Christiano.

Me parece genial, Gracias—dije, Christiano me miro, como sospechando algo.

¿Sabes quien es Micaela?—pregunto. Rayos debí preguntar quien era. La recordaba pero muy vagamente.

Me imagino que alguien del personal de la casa. ¿No?—dije de lo más tranquila. El relajo su cara.

Si, es la mucama que se encargara de todas tus necesidades. Es la misma que te atendió cuando estabas aquí—dijo.

Perfecto—fue lo que se me ocurrió decir—bueno si no te importa voy a dormir un rato—dije mientras cerraba la puerta.

Observe mi habitación estaba limpia y ordenada, me senté en la cama y suspire. Luego me levante y me encamine a la ventana que daba a la terraza, corrí las cortinas y me quede mirando un lugar específico de la terraza, y de repente me vi a mí y a Christiano hablando de una tregua.

Me empezó a doler la cabeza, pero muy fuerte, trate de llegar a la cama pero no pude me caí a unos paso de ella. Me doble en posición fetal y me agarre la cabeza, cerré los ojos con fuerza. De inmediato imágenes comenzaron a parecer, estaba recordando todo, los tres meses de mi vida estaba apareciendo ante mis ojos como una película.

Recordé los momentos buenos  malos con Christiano, recordé las cosas malas también, como la ves que Victoria dijo ante todos que esperaba un hijo de el. El arresto de Paulino. El accidente. Y el día que descubrí que esperaba un hijo de Cristiano.

Entre el dolor y el llanto me desmaye.

CHRISTIANO.

Me encontraba en mi habitación terminado de arreglarme para la cena, ya le había indicado a Micaela que despertara a Julietta, para que tuviera dos hora para arreglarse. Por mi parte yo necesitaba ir primero a comprar unas cosas para ella. Para darle la bienvenida.

Me disponía a salir de mi habitación cuando escuche los gritos de ayuda de Micaela desde la habitación de Julietta.

Corrí hasta donde ella se encontraba y entre a la habitación. Mi corazón casi se acelero al ver la escena que presenciaba.

Julietta se encontraba tirada en el piso inconsciente y de su nariz un hilo de sangre salía. La pobre Micaela me decía que la había encontrado así. Tome a Julietta en brazos y me la lleve a la clínica más cercana a la casa.

espero que les guste. recurden votar y comentar. un beso a todos se les aprecia mucho y gracia por continuar leyendo mi novela.

El Matrimonio Segunda Oportunidad Where stories live. Discover now