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Historia 4

Nota : Puede tener contenido algo subido de tono, si te incomoda, mejor cierra y busca una historia a tu gusto.

Para un padre es de conocimiento general que algún día sus hijos se deben casar y alejarse de su casa, es algo natural, tal vez quizás también había visto la opción que el consejo lo obligara a entregarla en algún momento a un matrimonio político que beneficiara a la aldea, debido a que ella había decidido no tomar el liderazgo del clan, y aunque su versión anterior frente a esta situación no le hubiera importado a su nueva versión si le importaba, no quería que su hija sufriera más de lo que él mismo en su niñez le había hecho pasar, ella podía ser noble pero no era débil y el hasta hace escaso tiempo había notado esta diferencia.

En fin, él sabía que su hija era apreciada por muchos ojos masculinos de la aldea, ella había crecido para convertirse en una mujer y nadie podía negar eso.

Siempre pensó que quien tendría la osadía de venir a pedir la mano de su hija seria el tonto rubio héroe de la aldea, aunque no le gustaba para su hija y jamás le había puesto ni un gramo de atención a ella, aun siendo ella una princesa, el aspirante a hokage solo por estaba pendiente de la chica de cabello rosa, pero también era de conocimiento general que su hija desde pequeña solo se veía en esos ojos azules.

también pensó en los hombres que compartían mucho tiempo con ella, como el inuzuka, del clan de los perros, ese era un tipo fuerte pero igual de tonto que el rubio, tampoco sería opción de su agrado, y por ultimo pensó en el chico del clan aburame era fuerte, serio, inteligente y tranquilo, de esos, la mejor opción según el seria el del clan de los insectos, pero no era el quien debía escoger, quien debía hacerlo era su hija, todo eso si algún día tenían la valentía de venir a verlo, mucha gente aun creía que los ojos de los Hyugas robaban el alma.

Si, el mismo Hiashi había pensado en todas esas opciones, pero jamás pensó que el que vendría sería un Uchiha, para ser más exactos el ultimo de su especie, jamás por su mente paso esta opción, siendo Hiashi un hombre que se jactaba de su inteligencia que preveía las cosas a futuro, no, no previo esto.

Ahora sentado en la mesa, tomando una taza de Té, mirando unos ojos tan oscuros como el carbón, como paso, fue la pregunta que rodaba su mente, solo llevaban 3 meses juntos, antes de eso ni siquiera se conocían.

Realmente no estaban juntos por gusto, el hokage había pedido a Hinata que ayudara a el Uchiha con las líneas de chakra de su brazo nuevo, el Uchiha no tenía el poder que tenía el uzumaki, quien, por tener al zorro de las 9 colas en su interior, su chakra se autorecuperaba así mismo, el chico de cabello negro necesitaba a alguien experto en manejo de chakra y allí estuvo su hija.

Mirando directamente los ojos del hombre que estaba en frente suyo en estos momentos, no lo entendía, esos ojos solo mostraban oscuridad, desprecio, frialdad e indiferencia, este tipo no parecía estar interesado en cuentos de amor, no parecía estar interesado en la bondad, la dulzura, la calidez, la timidez, la alegría y todas esas cualidades que tenía su hija, eran dos polos opuestos, no entendía cómo funcionaba esa ecuación.

El silencio era incomodo entre los dos hombres, Hiashi sintió un escalofrió pasar por la espalda y si lo que decían era cierto, algunas mujeres escogían a hombres que se parecían a sus padres, no, no era eso posible, el mismo podía ser un hombre orgulloso, frio y estricto, pero no era un traidor, vengador, asesino, que odiaba a toda a la aldea, narcisista y no estaba lleno de rencor e ira.

Tenían patrones parecidos, pero no era iguales, un alivio recorrió su mente después de ese análisis, pero luego recordó que de cierto modo ambos habían matado a su propio hermano, esto lo hizo sentir una pizca de empatía con el Uchiha, esa es una carga que no se borraría en ninguno de ellos hasta el día de su muerte.

Por suerte, ese incomodo silencio se deshizo cuando su hija mayor entro a la habitación, pero se volvió mas extraño al ver a su hija con cara de sorpresa frente al chico, se supone que si viene a pedir su mano es porque hay interés mutuo cierto, no creía que el Uchiha estuviera interesado en matrimonios arreglados, eso ya era historia muy muy antigua.

Cansado de todo este suspenso y del silencio incomodo ahora de los tres personajes, el patriarca decidió poner fin a esto.

—Hinata, este hombre ha venido a pedir tu mano en matrimonio. —

Hinata abrió los ojos, luego los cerro como pensando si era un tipo de broma, luego entendió que estos hombres no eran de los que jugaban bromas, pensó que era tonta por pensar eso, luego abrió la boca, pero no tenía nada que decir, luego la cerro, pero pensó que el silencio no era algo que debía que mantener y luego intento abrirla otra vez pero de nuevo no encontró palabras.

Sasuke por su parte estaba estoico sin mostrar emoción alguna, solo apretó suavemente una mano en su rodilla.

Hiashi cansado de esta situación nuevamente, era como esos dramas que el odiaba que viera Hanabi, todo pasaba en cámara lenta como si eso aumentara el drama, no, él no era un tipo de dramas, él era objetivo y directo.

—Hinata, aceptas contraer matrimonio con Uchiha Sasuke—

—porque— respondió Hinata tímidamente

Ambos ojos blancos miraron fijamente a Sasuke

Sasuke apretó más su mano a la pierna, jamás pensó que el haría esto, él no era un hombre que deseara mujeres, ni compañía, él había estado bien solo, acompañado de la soledad, de la ira, de la rabia y el rencor, no creyó necesitar nada más, nada, hasta que la conoció a ella, ese pequeño conejo de ojos lilaceos, porque si, había prestado la suficiente atención para saber que sus ojos no eran totalmente blancos, tenían tonalidades lila, con todo eso, simplemente se despertó y se dijo a si mismo pediré la mano de la chica Hyuga y cuando se dio cuenta ya estaba frente al patriarca del clan Hyuga

—porque eres tú, si no fueras tu no habría nadie más, realmente nunca habrá nadie— Sasuke dijo los más suave que pudo, aunque sino más como un mandato.

Hinata no tenía intenciones románticas con Sasuke, ella jamás se interesó en él, ella lo cuido y ayudo estos tres meses, pero jamás pensó que ellos pudieron tener algo más que una relación médica, él era paciente y ella era quien lo ayudaba, nada, no había amor a primera vista, de eso estaba segura.

Ella aún estaba enamorada de Naruto, él era quien realmente ocupaba su corazón, aunque no entendía como podía estar enamorada de alguien con quien nunca había compartido nada más que unos muy breves y escasos momentos.

Aunque tampoco podía negar que se sentía cómoda el tiempo que pasaba con Sasuke, al principio fue algo frio y tosco, pero después ella tocaba su brazo con naturalidad, ella le enseño a cocinar varios platos con los cuales se podía alimentar sanamente, él no podía vivir manteniéndose de pastillas de vitaminas y comida callejera, y también entrenaron mucho, él la hizo más fuerte de lo que era y ella se divertía viendo su cara cuándo el alumno lograba superar al maestro y ella lograba adormecer sus brazos o sus piernas.

Ambos caían en el pasto verde ya al anochecer cansados y jadeando, ella realmente disfrutaba estos momentos junto a Sasuke, en los cuales podía ser ella, no la ex heredera, dama, bajo la mira de todos, ella era simplemente Hinata, con Sasuke se sentía así.

Hasta kiba y shino se habían quejado con ella, por las preferencias de su nuevo compañero de entrenamiento, de igual manera le había pasado a Sasuke con naruto y sakura, esta última le había reñido diciendo que era con ella con quien debía pasar más tiempo, tanto Hinata como Sasuke dieron las mismas respuestas solo estarían juntos por el tiempo del tratamiento.

Historias SasuhinaWhere stories live. Discover now