Historias Sasuhina

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Hanabi observa a Hinata preparar el Te, se corto el cabello, Hinata dice que es más practico así y que ve mejor, pero su cuerpo la delata cada día que pasa su piel se vuelve más pálida, al menos la pérdida de peso se ha detenido un poco. Prometieron no volver a hablar del tema, Hanabi debe morderse la lengua cuando un comentario quiere salir de su boca.

Entonces decide centrar su atención en otras cosas — no puedo creer como se ve ahora este sitio, hace poco sentía escalofríos solo con ver desde afuera—

Hinata se sienta a su lado con unos panecillos que trajo Hanabi —mmm, ha cambiado mucho— pregunta con terror, no quiere que el dueño se moleste

—claro, hasta vi que están creciendo plantas afuera— comenta Hanabi —donde duermes Hinata— pregunta con curiosidad.

—eh, solo una habitación tenía la puerta abierta, supongo que era la de invitados— responde Hinata, tratando de recordar con era antes la casa.

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Discutió consigo mismo todos los motivos del porque no debía volver, pero por más que acumulaba razones para no hacerlo, no podía negar el hecho que había una razón de peso que lo hizo volver, porque si de él dependiera se hubiera quedado a morir en cualquier hoyo mientras la luz del sol lo calcinaba agonizantemente, eso hubiera sido una muerte perfecta, por un momento disfruto de esta visión.

Pero el maldito bastardo de su hermano le había hecho prometer que volvería y que lo intentaría, intentar que ... no lo sabría, ahora ya no pertenece a ningún lugar, es un fantasma viviente que solo quiere morir.

Porque su cuando realizó este juramento había sido en plural de hermanos, e Itachi no cumplió, entonces porque él si debía. Pensó con amargura.

Finalmente miro la entrada de la aldea, suspiro y refunfuño, mientras arrastraba sus pies.

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Cuando llego a la entrada de su antiguo clan, la realidad que el conocía pero pretendía olvidar lo enfrento, en este sitio ya no quedaba nada para él ni de él, solo había vacío, aun tenía oportunidad de devolverse, ir a un desierto y que el sol lo quemara.

Ser el único sobreviviente de la masacre de su clan a manos de un loco que quería la vida eterna y el poder de los vampiros, eso era el, eso era su historia y quien lo definía ahora... un ser maldito.

Itachi y el habían sido los únicos sobrevivientes, se salvaron por su exploración de hermanos en los "hostiles territorios" de sus vecino Hyuga, por esa razón no se hallaron a la trampa realizada por la víbora de orochimaru. A veces solo deseaba haberse quedado y morir con el resto.

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Al acercarse a la única casa que quedaba, la suya, porque a pedido de itachi se habían demolido el resto de viviendas, quizás pensó que era mejor, serian menos recuerdos que intentar olvidar, si algo ya no existe simplemente dejara de hacerte falta... una maldita mentira, siempre extrañaría a su hermano y familia

Vio una luz prendida, y algo dentro suyo hirvió, maldito Naruto, porque habían confiado en el para cuidar la casa, Naruto era alguien muy despreocupado seguro había alquilado la casa para una fiesta pagada, o para un club de apuestas, acelero su paso y escucho unas risas provenir de adentro.