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El tiempo de tratamiento había terminado hace dos semanas, tiempo en el cual ninguno volvió a ver al otro, ella tenía que aceptar que, aunque se hubiera ocupado con su equipo, con su clan, le hacía falta algo del humor negro que había demostrado en esporádicos momentos Sasuke, sentir la libertad que le regalaba la compañía de Sasuke, pero se mintió a si misma diciendo que era por la costumbre adquirida de los tres meses juntos.

—estoy enamorada de naruto— soltó Hinata sin mas

Hiashi no esperaba eso de parte de su hija, si no fuera tan estoico como Sasuke, habría abierto la boca.

—no me importa, la propuesta sigue en pie— sasuke dijo con indiferencia

Hiashi miro atentamente la guerra de miradas que tenían su hija y el Uchiha, no se dio cuenta en que momento la mirada suave de su hija y la indiferente del chico estaban en guerra, algo más había pasado entre ellos.

—no creo que nunca deje de amarlo— exclamo ella

Sasuke sonrió por dentro, el mismo había cambiado ese conejito por un gato montés, la había vuelto fuerte a punta de palabra duras pero sinceras, ella había empezado a defenderse, no podía estar más orgulloso, de................................................ su futura esposa.

Desde cuando su hija tenía ese estilo de fiera y por qué esa mirada de complacencia en los ojos del Uchiha, no que el solo tenía oscuridad en sus ojos, y si, los Hyuga no robaban el alma, pero sus ojos permitían percibir las mínimas emociones en los ojos de los otros.

—deberás cumplir con todas las funciones de una esposa— dijo Sasuke

Hinata abrió la boca, no espero eso.

—si me llegas a engañar, me divorciare y me quedare con la mitad de las tierras— respondió ella, el padre miro a su hija, no la había criado tan mal.

Hiashi vio las comisuras de los labios de Sasuke flexionarse, ese hombre al menos sabría cómo sonreír pensó con curiosidad, y la respuesta de su hija que era, un quizás, se preguntó.

—Nunca jamás habrá nadie más....................................... Pero si me engañas no me divorciare de ti tenlo claro. — respondió Sasuke

Hinata medito en silencio, realmente Sasuke estaba interesada en ella o solo sería otra cosa, había escuchado que Sasuke buscaba chicas vírgenes para robar su inocencia y después dejarlas, aunque a ella nunca intento seducirla, pero si la incomodaba mirándola fijamente algunas veces.

—no soy virgen— Hinata apretó la boca para que la mentira sonara más real

Hiashi mira a su hija, a su pequeña, Oh ya era una mujer, mataría al bastardo que le haya robado la inocencia sin tener la valentía antes de pedir permiso para salir con ella.

Hinata vio la mirada implacable de su padre sobre ella y se ruborizo y bajo la cabeza, en que momento había olvidado que su padre estaba en esta reunión.

Sasuke sonrió ampliamente.

Ambos Hyuga quedaron sorprendidos, Hinata había visto a Sasuke sonreír vagamente cuando hacia su muy esporádico humor negro, pero nada se comparaba a esto.

—Yo si, por favor se gentil—

La mandíbula de Hiashi no aguanto más, y se despegó de la boca, Hinata se puso color tomate, Sasuke estaba muy complacido había logrado ponerla del color que siempre la quiso ver y que hasta hace poco solo Naruto había conseguido.

Sasuke no era frio, era indiferente que es otra cosa, nunca se interesó por los demás, pero Hinata le enseño que se podía ayudar a alguien sin tener intenciones ocultas ni esperar nada a cambio, lo ayudo con su brazo, el pensó que en algún momento ella pediría algo, lo tocaría más, al principio se dijo así mismo que en el momento que pasara eso, la despacharía como a cualquier otra que lo hubiera intentado, el mismo se decía, no le interesaba nadie, pero luego se vio esperando que ella le pidiera más, porque él deseaba hacer algo más, para su decepción no sucedió.

Cuando ella vio que su desayuno consistía en una vitamina y un vaso de agua, su almuerzo en cualquier comida que pudiera comprar y la cena no existía, lo tomo de la mano y lo llevo a una tienda y lo obligo a comprar verduras y comida, comida real, luego de manera estricta le enseño a cocinar y no se media en decirle cosas como:

Sasuke kun debes cortarlo más delgado, no dejes quemar el arroz, el aceite aún está muy frio, sabes una ensalada se componen de más verduras además de tomate, dejaste quemar el agua, no le eches tanta sal, ponle siempre una tapa.

Sasuke no podía estar más satisfecho, esa mujer lo estaba mandando y estaba complacido de que así fuera, quizá muy muy en el fondo tenia delirios y deseaba ser dominado.

Y cuando empezaron a entrenar, al principio lo hizo solo por aburrimiento, pasar el tiempo y evitar tanto a naruto como a sakura, pero luego se dio cuenta que ella no era fuerte, pero lo compensaba con su rapidez, luego vio esas curvas bien formadas que se apretaba con su traje de entrenamiento y que ocultaba bajo su saco, bendito saco por proteger lo que un día seria suyo de los ojos de los demás buitres y malditos sus compañeros ser los únicos en poder ver esa obra de arte.

Esas curvas lo hacían perder la concentración y entonces ella lograba asestarle un golpe e inactivar una de sus piernas o sus brazos, pero las pérdidas de estas valían la pena por la risa que hacia ella cada vez que eso pasaba, aunque Sasuke no permitía que pasara muchas veces, tenía un orgullo que proteger.

Empezó a disfrutar ver el cielo, el azul, el gris, el rojo, el oscuro cualquier tipo de cielo, siempre y cuando fuera junto a ella en el pasto después de un largo día de entrenamiento, irónico sus amigos intentaron hacer cosas para que el disfrutara, Hinata nunca busco agraciarlo y sin embargo fue con ella que empezó a disfrutar de esas pequeñas cosas.

Poco a poco eso fue ganando una necesidad dentro de él, de tenerla cerca, que ella solo lo mirara a él y a nadie más, más toxico no se podía sentir y no le importaba un bledo, los sentimientos de un Uchiha para bien o para mal siempre iban al extremo nunca a medios.

Se había dicho a si mismo que si conseguía estar una semana sin pensar en ella sin necesitarla, ya la había sacado de su sistema, las cosas dieron el resultado dos semanas después, estaba sentado tomando un Té agrio en una mesa frente a Hyuga Hiashi.

Si, pensó Hiashi, algunas veces le decía a hanabi que no viera esos dramas, le llenarían la cabeza de cucarachas, esas cosas no pasaban en la vida real, se lamentó, se estaba equivocando muy seguido últimamente, debería culpar a la vejez por ello.

Frente a él un drama de novela de Hanabi, un joven vengativo, rencoroso y sin corazón, pedía a una ingenua, dulce y honorable joven para enamorarla, aunque la dama no era tan ingenua según sus propias palabras, pero ella debió enamorarlo debajo de ese frio corazón y a él no le importaba la virginidad de ella, tal cual como lo decían en el comercial, sintió otro escalofrió, si en definitiva era la vejez., ya cansado de esto que no era un drama de novela, quiso poner final, para bien o para mal, él estaba muy viejo ya no necesitaba esto.

—Hija, debes tomar una decisión en estos momentos, y aprovecho para decir que el día de ayer el Kaze de Suna envió una propuesta formal también, necesitan unir al Kaze para tener herederos, no tienes que aceptar la propuesta del traidor, vengativo, asesino y orgulloso, Uchiha si no deseas, siempre hay más alternativas— Hiashi no estaba en contra del Uchiha pero a cada uno lo de cada uno y eso era él.

—ella no es una maldita incubadora— dijo el Uchiha con rabia

Hinata se sorprendió de la respuesta de Sasuke —y si te decepcionas, y no soy lo que crees— dijo bajo

Hiashi vio la mirada baja y triste de su hija, si como padre había hecho un excelente trabajo con su autoestima, sintió un sabor amargo recorrió su garganta.

Sasuke mantuvo la mirada firme, Hiashi vio ternura en sus ojos, o será que también había perdido el toque de ver emociones, era algo que no podía creer.

—estira el brazo Hinata—

Hinata subió la mirada y se encontró con los ojos negros de Sasuke, y si realmente la veían con ternura, ella estiro el brazo, el saco una pulsera y la empezó a amarrar en la muñeca de ella.

Historias SasuhinaWhere stories live. Discover now