Historias Sasuhina

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Hanabi grita cuando ve a Hinata siendo disminuida bajo la boca de Sasuke, entonces al quitarlo se da cuenta que él tampoco estaba en mejores condiciones que Hinata, empujo al hombre al suelo y llevo Hinata al mueble.

Para la sangre que seguramente debió haber perdido, Hinata se veía con más vida que antes, miro el libro en el suelo y lo recogió, ahora solo debía esperar a que ella despertara.

Hinata abrió los ojos, se sentía como si le hubiera caído una montaña encima, sin embargo, se sentía... renovada?, se incorporó mejor en el mueble, y observo a Sasuke tirado en la esquina, —oh ... eso no fue una pesadilla— hablo

—claro que no fue una pesadilla— hablo Hanabi con el libro en la mano, —ahora dime Hinata cual de estos usaste— pregunto entrecerrando los ojos hacia su hermana, ellas no podían usar magia para detener la muerte de alguien, ni para curar, ayudar a los demás estaba excluido del léxico Hyuga, sin embargo, era un secreto muy bien guardado que ella ayudaba a veces con enfermedades, pero ese era el límite, y ahora parecía que Hinata lo había traspasado ... y por mucho.

Hinata se tapó la cara con las manos —no sé que hice hanabi, de verdad— susurro con culpa,

—mmmm, debí realmente leerlos antes de traértelos— tarareo Hanabi —este libro no es de hechizos normales, es de alquimia recuerdas las clases de eso, pocas porque no tiene una amplitud de daño como la magia negra— se respondió así misma Hanabi, —por eso seguro los botaron— termino de reconocer.

—que hare ahora Hanabi— pregunto Hinata mientras pedía ayuda para recoger a Sasuke del suelo y llevarlo al sofá, Hanabi se acercó a Hinata a ayudarla mientras observaba con curiosidad la fuerza que tenía ahora.

—lo veo de la siguiente manera: primero deberás afrontar un Uchiha muy enojado por algo que desconoces o segundo la que más me gusta, si no despierta tendrás opción de comprar esta casa— la joven termino riendo

—es bueno que alguien le encuentre graciosa la situación— Hinata hizo un puchero y a Hanabi se le iluminaron los ojos, dejo caer los pies de Uchiha al suelo y abrazo a su hermana.

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El día de ayer lo había dejado en el sofá con ayuda de Hanabi, paso un día dormido, ella pensó que cuando llegara la noche se despertaría, no fue así, y ahora simplemente está afuera de la casa, frente al sol?.

Ella lo miro a través de la ventana, aunque conocía el hecho que el Uchiha odiaba el sol, debido a su naturaleza nocturna o quizás era oscura, daba igual cual fuera, por qué razón él estaba ahí arrugando su nariz y su frente hacia el sol, recibiendo los primeros rayos del sol de su vida.

Era tan inusual, reconocer que algo normal para ella podía ser algo tan nuevo para él, dejaría que estuviera allí todo el tiempo, simplemente porque no quería enfrentarse a la conversación que indudablemente tenían que tener, además del hecho que no era recibida en su casa, en su clan, no tenía nada y todo lo que tenía lo había pagado para poder hospedarse allí, odiaría tener que vivir de arrimada con sus amigos o de su caridad, siendo sincera la última razón había sido la principal razón para quedarse, en lugar de salir corriendo y dejarlo tranquilo en ese sofá.

Fue de noche cuando el volvió, hacia frio y todo estaba oscuro, a excepción de la cocina, donde ella estaba sentada tomando nuevamente un Te para intentar calmarse y afrontar a lo que se venía.

Sin la más mínima cordialidad presente se sentó frente a ella y clavo su mirada oscura, ella volvió a temblar, no importaba cuantas infusiones calmantes tomara, nada la prepararía para este momento, sus ojos se encontraron y hubo una pequeña guerra de miradas, que ella sabía no iba a ganar, no dudo en demostrar la derrota y bajar la mirada hacia su Te, intentado ver en su reflejo algo más importante que hablar con el hombre frente a ella.