Temores del Pasado | Parte 3

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—Hasta hace unas horas todavía me encontraba muy confundido. No sabía qué hacer. Tenía miedo y francamente aún lo sigo teniendo.

Manuel no preguntó, siguió escuchando atento. Miguel iría a su ritmo.

—Yo... yo he tenido tantos errores en mi vida. Tantos que se acumularon en mi corazón pero que se escondieron hasta estallar. —miró su taza en manos al explicar. — Cuando me di cuenta la probabilidad de lo que harías en esta cita, yo me asusté tanto que no pensé con claridad. Solo me sofoqué.

Incluso cuando él hablaba generalmente, Manuel sabía a qué se refería. Eran los temores que terminó dejando Francisco en Miguel.

—Tenía miedo de volver a cometer esos errores. Tenía temor de que mis acciones te hirieran. Tenía miedo de fracasar en lo que tenemos.

—No, Miguel. —negó Pedro— incluso cuando ya terminó todo entre ustedes todavía te está haciendo daño.

El mencionado prestó su mirada turbulenta en él.

—Lo que me estás diciendo son las secuelas de lo tóxico de su relación.

Sus lágrimas todavía seguían cayendo pero su mente procesó lo que su amigo le trataba de decir.

—Es cierto. —murmuró más para sí mismo después de un tiempo pensándolo— Sé que mi relación con Francisco fue dañina pero no sólo por su parte. Yo tuve mucho que ver. —hizo una pausa— Por varios meses he estado pensando en esto, yo fui inmaduro, imprudente e insistente. También le hice daño incluso sin darme cuenta. Yo también puedo herir con mis acciones...

Pedro no dijo nada, su mejor amigo analizó todo por sí mismo hasta llegar a conclusiones. Dejaría que él mismo se diera cuenta sobre su crisis de ansiedad presente.

—Por eso es que yo... por eso es que tengo tanto miedo. —dijo Miguel después de un rato.

—Mi más grande temor es perderte, Manuel. —levantó su mirada hacia el chileno— descubrí que es así.

—Miguel...

— Pensé... pensé que si fallaba, que si te lastimaba yo podría propiciar a que me dejes. —apretó la taza en sus manos— yo... yo en verdad quiero esto, te quiero Manuel, tanto que si algún día cometo un error tan grave siento que no podría lidiar con tu abandono. —al recordar ese gran temor un par de lágrimas se escurrieron por sus mejillas, mas él mismo tuvo la voluntad de no continuar con ellas— el día que eso suceda sería mi condena. Yo... yo no podría seguir. Realmente me quebraría... —mordió ligeramente su labio inferior para controlar el sollozo que quería salir.

—Miguel... —dijo Pedro una vez que el menor le confesó ese temor de perder a Manuel— sabes que eso no sucedería, es Manuel de quien hablamos.

El peruano se sumió en llanto mientras su rostro se escondía en sus manos.

—Pero... —como pudo dejó de esconder su rostro.

— Con todo lo que has vivido con él, con lo mucho que lo conoces creo que ya deberías saber cómo actuaría él.

—La gente se cansa, Pedro. Todos tienen un límite. Siempre hay un límite de lo que una persona podría soportar.

Miguel lo sabía perfectamente. Hace años decía amar a Francisco, decía nunca dejarlo, pensaba apoyarlo por siempre solo por amor. Sin embargo, una vez que todo se convirtió en un caos, no pudo soportarlo más. No era bueno para su estabilidad mental ni emocional. Miguel había llegado a su límite, se cansó de intentarlo.

Only One  || Chirú ||Where stories live. Discover now