«Tan destrozado que no puede repararse»
«Tantos errores que tiene miedo de continuar»
El destino ha sido cruel pero justo con ellos, no hubo momento mejor que el ahora, en las situaciones y circunstancias correctas.
«Tan destrozado que no puede repa...
[Escuela media técnico profesional - cuarto grado - 17 años]
Los años fueron avanzando como si al tiempo no le importara, Manuel se encontraba en su último grado de la escuela media.
En el grado anterior ya se diferenciaron por la especialidad de los estudiantes, fue allí donde conoció a un chico callado, misterioso, aplicado y hermoso.
Aquél no era de esas personas que hablaban o se comunicaba generalmente con la gente, cada vez que lo veía era un misterio por su seriedad, eso le gustaba.
A Manuel nunca le gustaron las personas de su mismo sexo, pero con aquel inglés era diferente.
No se puso a pensar en eso, total, aquel europeo era agradable de ver, muy apuesto. Mientras fuere así, no habría nada de qué preocuparse.
Poco a poco ambos se fueron acercando; tenían casi la misma personalidad, por eso, no era nada complicado relacionarse con él.
Arthur fue quien se le declaró, o para ser más exacto simplemente le dijo que salieran de vez en cuando. No sabía si aquello era algo formal, pero lo tomaría como tal.
Kirkland era el primero, tanto como novio así como su primera vez teniendo relaciones sexuales, aquél le enseñó muchas cosas.
Nada era agobiante, eso le gustaba. Arthur era de aquellas personas que no se molestaba con casi nada hasta al punto de parecer indiferente.
No solo era su pareja; de una forma también se convirtió en su amigo, un extraño amigo para especificar.
Si bien aquella relación no era muy normal, aún así le gustaba, no había problemas, pleitos o celos, todo permanecía en perfecta sincronía.
Eso hasta que escuchó por otras personas sobre las «andanzas» de Arthur.
Los chismes en su escuela cada vez se hacían más fuertes. Según ellos, Arthur se besaba con muchas personas así como pasaba las noches con aquellas.
No le importó, no importaba lo que pasaba, los celos nunca llegaban.
Si bien no podía creer todo lo que las demás personas decían a sus espaldas; aún creyéndoles, eso no le dañaba en lo más mínimo, total, él mismo a pesar de estar con el inglés, también se interesaba por otras personas de buen parecer.
No podía hacer nada con eso, a Manuel siempre le gustaron las personas simpáticas y agraciadas; ahora sabía que no importaba el género siempre y cuando aquello sea agradable a su vista.
También se sentía seguro de que no amaba a Arthur, quizás solo lo veía como algo más de su rutinaria vida, aún así se mantenían juntos, total, a ninguno de ellos le importaba.
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ecibió un mensaje de texto de uno de sus mejores amigos quien vivía en el extranjero.
