Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.
═════════ ❃ ═════════
UNA CHICA CASTAÑA, DE UNOS HERMOSOS OJOS verdes, bailaba descaradamente frente a un grupo de hombres junto a unas chicas que estaban igual de semidesnudas que ella.
Usaba sus encantos como era habitualmente. Sus hipnotizantes ojos verdes, su sonrisa coqueta, y sin olvidar de su buena figura.
Sin embargo ella no estaba ahí para complacer a los hombres. No. Ella estaba en ese lugar y haciendo eso porque estaba en una misión.
O más bien. Una cacería.
La castaña se acercó seductora al hombre en medio. El líder. Le empezó a bailar y a restregar su cuerpo con el de él.
— Eres tan sexi. — Le susurró el hombre cuando ella sentó en su regazo.
— ¿Enserio? ¿Y sabes cómo me veo aún más sexi? — Le preguntó en el mismo tono. El hombre negó mordiéndose el labio, por lo que ella se acercó para susurrarle. — Cuando decapitó a los malditos chupasangre. — Y en un parpadear sacó un machete de debajo de la silla y lo decapitó.
Los gritos de las demás chicas no se hicieron esperar y menos que los vampiros restantes se levantaran dispuestos a matar a la chica.
— Esto será divertido. — Dijo sonriendo con emoción cuando por la puerta entraron dos hombres más con machetes igual de grandes que el que ella tenía.
Los golpes. El sonido de las cabezas rodando. La sangre salpicando. Para finalmente escuchar solo las respiraciones agitadas de las tres personas que quedaron en pie.
— Nunca más. — Habló el más bajo, de cabello rubio y ojos verdes, señalandola. — Volverás a bailar de esa manera frente a hombres. — Demandó.
Ella rodó los ojos con diversión mientras recibía el bolso que el más alto, de cabello largo y ojos verdes, le entregaba.
— Si, como digas, Dean. — Dijo para seguido entrar a un baño, lavarse y cambiarse la ropa que estaba cubierta de sangre.
Al salir vió como habían limpiado todo que tenga relación con ellos en ese lugar.
— ¿Y las chicas? — Preguntó mientras se recogía el cabello y dejaba ver sus mechones fucsia.
— No te preocupes, estaban muy drogadas, no sabrán con exactitud que vieron. — Le respondió el más alto.
— Esto me dió hambre. — Comentó el otro. — ¿Qué tal si vamos por unas hamburguesas? — Les propuso con alegría.
— Dean...
— Yo estoy de acuerdo. — Dijo la chica interrumpiendo y caminando hasta llegar donde estaba la puerta trasera. — ¿Qué esperan? ¡Vamos! — Salió y Dean miró a su hermano con una sonrisa burlona.
