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SKYLAR ESTABA EN LA HABITACIÓN DE SU HERMANO intentando procesar lo que acababa de encontrar.
Desde que Malia mencionó sobre que Scott esconde algo debajo de su cama le entró la curiosidad por saberlo también, por lo que cuando la lista de muerte acabó ella se dispuso a ver qué era.
Apenas vió el primer billete volvió a guardar todo y lo escondió más a fondo. No sabía muy bien de dónde sacó el dinero, pero tenía sus sospechas.
La chica salió de sus pensamientos cuando escuchó pasos acercándose, por lo que se acostó y tomó un libro simulando leer. La puerta se abrió mostrando a su madre, quien le sonrió.
- Hola hija. - Skylar se sentó y su madre a su lado. - ¿Qué haces aquí?
- Desde que la lista acabó he estado durmiendo aquí mamá. - Le hizo saber.
- Oh. - Melissa parecía avergonzada de repente. - No lo noté.
- Si, me di cuenta mamá. - La chica bajó la mirada. - Estás muy ausente, y no te estoy culpando de nada. - Se apresuró en decir al ver la mirada triste de su madre. - Scotty y yo sabemos los turnos dobles que estás tomando y sobre las deudas. - Melissa se pasó las manos por el rostro. - Mi hermano trabaja más tiempo en la veterinaria, y yo tengo dinero de mis cacerías. Si lo juntamos todo...
- No. - Negó su madre. Ella la miró confundida - Ese dinero es tuyo, y tu hermano también necesita sus cosas. Yo soy la mamá y me tengo que encargar de eso, no ustedes.
Skylar apretó los labios y desvió la mirada. - De acuerdo.
Melissa asintió y se levantó, pero en el proceso el libro cayó, por lo que se agachó para recogerlo, Skylar no lo notó hasta que fue tarde. Su madre no solo levantó en libro, sino que también sacó el bolso de Scott.
- Deja eso mamá. - La castaña lo tomó quitándoselo. - De seguro es su ropa sucia. Sabes lo puerco que suele ser tu hijo.
- Por eso mismo debo mirar para echarla a lavar. - Intentó tomarlo pero su hija lo alejó.
- No mamá, tú estás muy cansada, yo lo haré y le gritaré a Scott por no echar su propia ropa a lavar. - Asintió para si misma poniendo disimuladamente el bolso detrás de ella.
Su madre la miró con el ceño fruncido y se cruzó de brazos. - Skylar, pásamelo. - Ordenó con voz firme. La chica tragó grueso al escucharla.
