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SKYLAR RODÓ LOS OJOS DE NUEVO AL ESCUCHARA su amigo decirle lo mismo, por cuarta vez.
— Ash, ya basta.
El castaño negó siguiéndola al estacionamiento, donde la chica se subió a su moto y lo miró con aburrimiento.
— ¿Llevas dinero para el almuerzo?
— Si.
— ¿Todos tus libros?
— Si.
— ¿Ropa de cambio por si ocurre algún accidente?
— ¡Asher Milo Blake Miller! — Gritó con el ceño fruncido.
El chico bajó la cabeza apenado. — Lo siento Bonita, es que mi pequeño fue unas semanas con Flor al campo, y no tengo de quién preocuparme.
— Lo entiendo. — Ella suspiró y le sonrió. — Pero no tienes que hacerlo. Mejor aprovecha y sal a divertirte. — Le sugirió subiendo y bajando las cejas, sacándole una risa al castaño.
— Lo pensaré.
Y despidiéndose Skylar se fue a la escuela con muchos pensamientos, pero había uno principal. A pesar de que sabía que ese momento llegaría aún así la ponía nerviosa.
El último año de preparatoria. Sus vidas cambiarían, y mucho. Lo sabía.
Se estacionó en su lugar habitual, y tomando sus cosas se dirigió a la entrada, dónde se encontró con Stiles y Malia.
— Hola. — Saludó recibiendo una sonrisa de Malia y un asentamiento de Stiles. — ¿Qué sucede? ¿Por qué esa cara Stiles?
— Se siente preocupado por Theo. — Dijo Malia haciendo que su novio la viera ofendido.
— Bueno, es entendible. — Skylar se encogió de hombros. — Es muy guapo.
— Tiene cabello hermoso. — Agrega Malia.
— Y un cuerpo perfecto. — Skylar mira a Stiles que tenía la boca abierta, junto al ceño fruncido. — Deberías sentirte amenazado. — Dice con obviedad.
— Gracias, porque así es, y ahora más que antes. — Asiente entrecerrando los ojos.
— ¿Quieres que lo torturemos? — Sugiere y mira a Skylar, quien asiente.
Stiles abre mucho los ojos, alarmado de eso. — No, no quiero que lo torturen.
— Podemos con el. — Dice la oji-verde cruzándose de brazos.