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POR LA MAÑANA SKYLAR SE LEVANTÓ PARA IR A la escuela como si nada hubiera pasado la noche anterior.
Ya estaba acostumbrada a no dormir exactamente las ocho horas diarias, siendo una cazadora aveces se tenía que quedar despierta si era necesario toda la noche y seguir el resto del día.
Tomó su desayuno y saludó a su madre que estaba en la cocina. Charlaron un rato y luego ambas se despidieron para ir a la escuela y Melissa al hospital.
Llegó como todos los días y mientras caminaba por los pasillos trataba de buscar una solución para su problema.
Pues tenía que escoger un equipo de deporte al cual pertenecer, era una regla del instituto. Sus opciones eran Baloncesto, el cual ya estaba cansada de jugar siempre y sobre todo, ganar. Natación, era buena nadadora, aunque literalmente aprendió cuando escapó de prisión, pero esa es otra historia. Tenis, nunca le había llamado la atención ese deporte hasta que Sam apostó que perdería, que gran error. Fútbol, ese era el único digno de ella, sin embargo no le gustaba mucho.
Pero entonces, una idea le llegó a la cabeza, por lo que apresuró su paso para llegar a los vestidores de hombres donde seguro estaría el entrenador.
Entró asustando a la mayoría de los chicos que se estaban vistiendo, pero otros solo se seguían quitando la ropa lentamente tratando de parecer atractivos.
Ella rodó los ojos.
>> Idiotas <<
En ese momento escuchó una voz chillona reclamando algo, Stiles. Con una sonrisa e ignorando a los demás chicos caminó hasta llegar detrás de Danny, donde más adelante estaba su mellizo terminando de vestirse y a un Stiles molesto haciendo aspavientos exagerados con sus manos.
— ¿Y sabes quién más es virgen? Yo. ¿Y sabes lo que eso significa? Qué mi falta de experiencia sexual amenaza mi vida, necesito tener sexo. — Ante tal pedido la chica levantó una ceja incrédula de que Stiles siendo tan lindo siga siendo vírgen. — En este momento, ahora. ¡Alguien debe tener sexo conmigo! — Cerró su casillero con fuerza.
— Tranquilo yo lo haré. — Se ofreció Danny tomandolo por sorpresa, a él y a Scott quienes se miraron sorprendidos.
— ¿Qué?
— Ven a mi casa a las nueve, quédate toda la noche, me gusta recostarme. — Skylar sonrió de lado, era obvio que Danny estaba bromeando.
— Eso fue muy dulce, ¿Es broma? — Preguntó inocentemente el chico.
— Si, bromeo. — Aclaró el otro yéndose.
— ¡No juegues con los sentimientos de un hombre de esa manera, Danny! — Le gritó Stiles indignado. — ¡No es agradable!
