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SCOTT MCCALL CRUZABA LAS PUERTAS DEL HOSPITAL saludando a los enfermeros y a los doctores.
No era sorpresa para nadie verlo ahí. Ya que claro, el chico iba todas las noches a ver a su hermana y a llevarle la cena a su madre. Ante los ojos de todos era un excelente hijo, hermano, estudiante, amigo. Y si supieran toda la verdad, sabrían que es un héroe junto a sus amigos.
Cómo cada noche le entregó la cena a su madre y fue al ascensor para ir a la habitación de su hermana.
Las puertas se abrieron y dejó que sus pies caminarán solos, pues ya estaba acostumbrado. Al llegar abrió la puerta y la vió.
Estaba dormida. Bueno, en coma.
Seguía igual, no había ningún cambio.
Suspirando tomó la silla que estaba a su lado y la puso junto a la cama, tomando la mano derecha de ella entre sus manos.
— Hola hermanita. ¿Cómo haz estado? Sé que no me puedes responder pero es de mala educación no preguntar eso. Como sea, yo he estado bien, al igual que los demás. Lydia ahora pasa más tiempo con Kira, y Malia. Ella siempre pregunta por tí. Fuiste la primera que recordó cuando salió de la Casa Eichen. Kira te extraña mucho. — Una sonrisa se formó en su rostro. — Dice que le encantaría volver a hablar contigo sobre los viajes que harán juntas, o sobre que te gustaría estudiar medicina cuando salgas de la escuela. Lo cual no me había dicho, señorita. — Le dijo frunciendo el ceño pero aún sonriendo. — Stiles y Malia están saliendo y todo va bien entre ellos. Aunque ambos sabemos que aún siente cosas por Lydia. En cuanto a la pelirroja, sigue igual. Le ha afectado el tener que venir y verte, sobre todo en esa bata tan horrible, según ella. — Scott rió. — También que en cuanto despiertes te llevará de compras aunque te tenga que amarrar. Jacob viene todos los días, aunque claro que lo sabes, supongo que nos escuchas, o eso creo. Aún así, él me agrada, incluso se está ganando la confianza de Stiles, pero creo que fue por el obsequio que le dió. Era de Star Wars.
Scott acarició la mejilla de su hermana sonriendo de lado. — Sam y Dean llaman todos los días, preguntan por ti y cómo haz estado. Algunas veces hablo con ellos sobre otras cosas y, son bastante interesantes. Cómo las cacerías, o el que Dean le haya hecho una nueva broma a Sam, también les digo un poco sobre cómo me va en la escuela. Digamos que estamos formando una especie de amistad. Papá no deja de venir también. — El chico suspiró bajando la cabeza. — Le dije que sabía el porqué había discutido con mamá esa noche. Le dije el porqué te fuiste con él. Después de eso lloró y me pidió disculpas, escuché su corazón y supe que me estaba diciendo la verdad. No lo perdone de inmediato pero en verdad lo está intentando. — Miró a su hermana. — También dijo que en cuanto despertarás hablaría contigo. Dice que tiene mucho que decirte. En cuanto a mamá no le he dicho nada de tus secretos. Esa es tu decisión si deseas decirle la verdad o no.
