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AL TERMINAR LAS CLASES SKYLAR SE DESPIDIÓ DE su hermano y de su amigo para ir al hospital y ver de nuevo a su madre.
En el camino trataba de pensar en cómo se presentaría ante ella. Habían pasado seis años desde que no había visto a su madre y hermano, era normal que tal vez no la reconozca de inmediato
Estacionó su moto y bajó con su bolso a un lado tratando de despejar los nervios. Caminó por el pasillo y entonces la vió, estaba en el recepción hablando con otras enfermeras.
Estaba igual de hermosa que siempre.
Con pasos cada vez más seguros se aproximó hasta llegar en frente de ella llamando su atención.
— Oh, lo siento linda. — Ella le sonrió pero esa sonrisa no duró mucho cuando la miro a los ojos. — ¿Mi.... mi niña?
— Hola mamá. — La saludó con los ojos cristalizados.
La mujer llegó rápido a su lado y ambas se fundieron en una abrazo necesitado.
— Estás aquí, mi niña está aquí. — Murmuraba, Melissa se separó de ella y puso sus manos en sus mejillas mientras la miraba de pies a cabeza. — Estás tan hermosa, y tan grande. — Decía tratando de no llorar.
— Es obvio, heredé la belleza de mi madre. — Comentó divertida causando la risa de su mamá.
— ¿Por qué no me dijiste que vendrías? ¿Cuando llegaste? ¿Dónde te estás quedando? ¿Y...
— Mamá, mamá, tranquilízate. — Pidió mientras reía. La enfermera también se rió y respiró profundo para calmarse. — Estás muy emocionada y eso es normal. — Observó a su alrededor. — ¿Nos podemos sentar o tienes que trabajar? — Le preguntó.
— No mi niña, justo ahora comenzaba mi descanso, vamos a la cafetería. — Propuso y Skylar asintio mientras abrazaba a su madre por la cintura.
Llegaron y pidieron un café con unas donas, esperaron un rato y cuando los tuvieron se sentaron en una mesa para comenzar a hablar.
— No te dije que vendría porque quería darte una sorpresa, a ti y a Scotty, empecé hoy la escuela y nos encontramos, lo extrañé mucho. — Melissa sonrió con ternura. — Llegué ayer en la noche, me quedé en un hotel porque estaba muy tarde para llegar a casa.
— Ten, estás son las llaves. — Se las entregó y Skylar las tomó. — Ve por tus cosas y lleva llévalas a cada, tu habitación sigue intacta.
— Gracias mamá.
— ¿Y tu padre? ¿Solo te dejó ir sin más?
— Sabes que le importo un carajo, además no es como si me quisiera con él y lo sabes. — Contestó simple bebiendo su café. — Dijo que iría a un viaje de trabajo y por eso me dejo venir. — Skylar mantenía la mirada en su vaso incapaz de mirar a su madre mientras le mentía.
