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—NO ES ASÍ COMO QUERIA PASAR MI NOCHE. — SE QUEJA Skylar sentada en la parte de atrás escuchando por la radio de Stiles a los oficiales hablar sobre un animal enorme y rabioso.
— Unidades, que nadie se acerque, no lo ataquen. Repito, no lo ataquen.
—Stiles, sal de la frecuencia.
El chico miró mal por el retrovisor a Skylar que soltó una carcajada por eso.
— Un momento. — Stiles frunce el entrecejo al escuchar a los oficiales decir dónde está la Bestia. — ¿De Beachwood a Mitchell?
— Va hacia el hospital.
— Mamá. — Murmuró la chica haciendo que su hermano la mirara.
— Papá....
—Stiles, fuera de este canal.
— Papá, escúchame, ¿Si? Va hacia el hospital. Va hacia el Memorial de Beacon. ¿Me oyen? Va hacia el hospital.
Stiles aceleró mientras Skylar le mandaba un mensaje a su madre diciéndole que evacuara el hospital.
En menos de lo que pensaron ya habían llegado, se acercaron notando que ya no había nadie, entraron al lugar escuchado detrás de ellos un arma siendo cargada, por lo que asustados se dieron la vuelta encontrándose con el Sheriff que les hacía una señal de silencio.
Una leve sacudida y un fuerte rugido hizo que se asustaran nuevamente y miraran hacia arriba.
— Cuarto piso. — Dice Scott.
Todo se apresuraron en llegar, siendo el Sheriff el primero en salir del ascensorsor, notando como las luces en el techo parpadeaban varias veces, habían papeles tirados en el suelo, las paredes estaban algo destruidas, e incluso, había fuego.
— ¿No huelen que algo se quema? — Preguntó Skylar.
Justo en ese momento un cuerpo en llamas se estrelló contra la pared, las llamas se extinguieron y vieron a Parrish cubierto de cenizas mientras sus ojos que eran de un naranja potente volvían a ser normales.
— ¿Parrish, estás bien? — Preguntó Stilinski agachándose a un lado, pero el hombre parecía ido.
— ¡Oficial Parrish! — Gritó la chica haciéndolo reaccionar asustado. — Listo. — Le dió una sonrisa al Sheriff y volvió su vista al oficial, levantando las cejas. — Si te toco. — Lo miró con curiosidad. — ¿Me quemaré? Aunque bueno, ardiente ya estás. — La chica le guiñó un ojo.
