Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
═════════ ❃ ═════════
SKYLAR TRATABA DE SOSTENER LAS PIERNAS DE BRETT para que se quedara quieto mientras Derek y Stiles de los hombros, los tres intentaban dejarlo inmóvil para que Deaton pudiera ayudar a sacar el veneno, pero el lobo estaba descontrolado.
— ¡¿Qué diablos le está pasando?! — Exclamó Stiles.
— Lo envenenaron con un extraño Wolfbein. — Explica Deaton acercándose con un bisturí. — Necesito hacer una incisión y tú necesitas sostenerlo tanto como puedas.
— ¡Oye Derek! ¡Usa tu fuerza de hombre lobo! — Le exigió al Hale, quien lo miró fulminante.
— ¡Soy el único aquí con fuerza de hombre lobo! — Se defendió.
— ¡Cállense y sostenganlo par de idiotas! — Les gritó la chica antes de que Brett la empujara con sus pies, hizo lo mismo con los demás y se levantó dispuesto a irse, cuando de la nada Peter Hale apareció golpeándolo, así dejándolo inconsciente.
— Creo que aún me queda algo de fuerza de hombre lobo. — Alardeó Peter.
— Mierda. — Maldijo tocándose la cabeza. — Maldito pulgoso. — Siseó viendo al inconsciente Brett.
— ¿Estás bien? — Le preguntó Stiles acercándose a ayudarla.
— Si. — Ella tomó su mano para levantarse. — Gracias. — El castaño la sostuvo de la cintura para que no se fuera a caer.
— ¿Ya estará bien? — Preguntó Stiles.
— Silencio. — Dijo Skylar caminando hacia Brett, arrodillándose a su lado y acercando su cara cerca de sus labios, sintiendo su aliento golpear su mejilla. — El sol, la luna, y la verdad. — Repitió y miró a los demás. — ¿Ese no es el mantra de una manada budista?
Peter le dirigió una mirada a Derek y luego miró a los presentes para decir: —Satomi.
— Si no fueras un idiota saldría contigo.
Todos miraron a Skylar, viendo como les sonreía con inocencia mientras acariciaba con disimulo el abdomen de Brett.
✧・゚: *✧・゚:*✧・゚: *✧・゚:*
— Skylar....
La chica fingió no escucharlo y siguió caminando hacia la salida.
— Hermana, por favor. — Suplicó deteniendola en la puerta de la casa.
— Scott, ya te dije que no. — Suspiró y se dió la vuelta, mirándolo a los ojos. — No me importa que quiera arreglar las cosas, lo que él me a hecho y dicho no se perdona fácilmente. — Se cruzó de brazos frunciendo el entrecejo. — Más con lo rencorosa que soy.