Primer paso

960 121 145
                                    

Gia

Mi último año de la preparatoria, había sido tranquilo. De las clases no tuve que preocuparme mucho pues tenía un buen promedio que solo debía mantener y lo más importante ya me habían aceptado en la academia de baile DANCE ON.

De las más prestigiosas del mundo en España y de donde salieron grandes celebridades de la danza y allí también estaban mis hermanos, con la que había soñado desde de que tengo memoria.

Ya termina el verano y la verdad, no sé cómo me siento. No puedo describir lo que tengo ahora mismo pasando por la cabeza, por un lado, la expectativa de la nueva experiencia me emociona, por el otro, me acompaña la grandísima tristeza de alejarme de mis padres y mi hogar.

Es muy difícil para ellos, aunque aman profundamente a mis hermanos también, me sobreprotegen por cosas del pasado que apenas yo recuerdo, soy la niña pequeña, o al menos ellos lo sienten así.

Para mí fue relativamente fácil decirles que quería bailar, bueno, a mi padre, sobre todo, desde pequeña al oír una canción mi cuerpo se estremecía al dejándose llevar por el ritmo de la música, nunca he entendido ese poder que tiene sobre mí. Al bailar me olvidaba de las personas alrededor y era todo lo que estaba bien en la vida. Me desinhibía, era como el alcohol, pero sin la resaca.

El baile me fue mejorando considerablemente con el transcurso de los días. Ahora veo que me ha rescatado de ser introvertida, lo he superado por completo, de echo creo que me excedí en la superación, me gusta esta nueva faceta aunque a veces pierda el filtro y suelte hasta lo que no debo.

Nunca hemos sido una familia adinerada, tampoco vivimos en la escasez, mi padre trabaja mucho para eso, en un barrio de clase media en New Jersey, nos mudamos cuando yo tenía 5 años y los gemelos 7, hasta entonces vivíamos en Cuba, no tengo muchos recuerdos de esa época pues era muy pequeña.

Iván e Izán fueron el principio de la historia y debo confesar que siempre he sido su fan número uno, aunque jamás lo admitiré delante de ellos. Los seguí a todas sus presentaciones a escondidas de papá, quien nunca se enteró hasta el día que no se pudo posponer más.

Mi padre no podía aceptar que sus hijos varones eligieran el mundo del espectáculo para edificar su vida; por muy buenos que fueran. Preferiría que hubiesen sido doctores, astronautas, militares o algo por el estilo. Recuerdo a mi madre decirle

-Daniel tienes que aceptarlo, yo les doy todo mi apoyo, tu elegiste lo que querías hacer en tu vida ahora les corresponde a ellos elegir.

Yo era más pequeña por lo que mi opinión no marcaría la diferencia y aunque en un par de años sabía que pasaría por la misma situación era mejor esperar que llegara mi momento, no quería echar más leña al fuego, así que me quede callada.

Mi madre se la puso difícil, estuvo semanas sin hablarle más de lo necesario y mirándolo con frialdad, creo que le tocó dormir en el sofá un par de noches. A pesar de que lo adoraba, el amor por sus hijos era inmenso y no se ablandó hasta que logró que accediera a pagar los estudios de los gemelos en la academia.

Admito que desde que tengo uso de razón fue la primera vez que lo ví flaquear ante una de sus imponentes decisiones, ciertamente no aguantaba ser ignorado por mis hermanos y mi madre l, casi se la pasaba por debajo de la puerta como si fuera un prisionero de Alcatraz.

Quien diría que ahora puede pasarse horas hablando orgullo de sus hijos. Ya sus amigos se saben la historia. Mamá yo nos reímos tanto cuando estábamos solas, el cambio fue demasiado radical en él ,con respeto a ese tema porque aún sigue siendo un gruñón.

Maquiné el plan para decírselo unos meses antes de terminar la preparatoria, estuve varias semanas ensayando el discursito de convencimiento. Sabía que ya se había hecho a la idea de los gemelos, pero temía que al no conseguir si deseo con mis hermano, tuviera algo pensado para mí.

TODO LO QUE NO QUERÍA (+18) Libro I [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now