Ensayos

137 31 44
                                    


Gia

Me pongo unos jeans ajustados y un jersey rojo vino. Ya ha comenzado a hacer un poco de frio por lo que me pongo unas botas y me siento a esperar la llamada.

-Puedo saber dónde vas, pensé que iríamos a celebrar nuestro triunfo de hoy- me dice Abril.

-Tengo que resolver un asunto, si llego temprano podemos hacer algo- me excuso.

-Y ese, asunto, tiene apellido Vargas- inquiere.

-No- en ese momento timbra mi móvil y rechazo la llamada, porque ya sé que es para que salga -nos vemos luego, vale.

-¿Llevas con dones? -me dice divertida.

La miro rodando los ojos y le pego un golpe en el hombro cuando me dispongo a salir.

Llego hasta la calle y camino una cuadra, hasta que lo veo sobre una moto. No sabía que tenía moto, nunca me contaron. Me acerco por detrás, ya ha oscurecido. le pongo la mano en el hombro y lo llamo.

-Kong...-pega un brinco, lo hace soltar un manotazo que casi me golpea.

-Pequeña, me asustaste- respira aliviado.

-Que pecados tendrá esa cabecita- le digo negando con la cabeza.

-¿Y tú que locura tenías en la cabeza cuando te cortaste el pelo? a Daniel Santos le dará un infarto- me sonríe- te queda sexi, pareces una chica mala.

-Gracias, pero ya me vas a decir de que se trata tanto misterio.

-Sube que voy tarde, cuando lleguemos te explico- me coloca un casco -estás segura que no le contaste a nadie.

-Noo- subo detrás de él y me sostengo.

-Agárrate fuerte que necesito llegar rápido- arranca a toda velocidad.

El aire se siente frío, agradezco haberme abrigado bien. El trayecto es un poco largo y desconozco la zona en la que nos adentramos. Sólo se que estamos al sur de la ciudad donde no hay demasiado tránsito.Izán parquea la moto cerca de un callejón y me ayuda a bajar.

-Gia, sé que no debería traerte hasta aquí, menos a tí que eres mi pequeña, pero está vez necesito que me ayudes y no preguntes nada por favor, mientras menos sepas es mejor- hace una pausa- mierda, Iván me mataría si se entera.

-Tranquilo, no sabrá nada por mí- lo calmo.

-Vale, quédate aquí vigilando la moto. Me voy a ir, si no he vuelto en una hora entonces llamas a Iván, le dices todo luego de que te vallas de aquí, entiendes. No hables con nadie y cúbrete con esto- me da un pasamontaña.

-¿Qué coño es esto Izán? ¿Qué está pasando?

-Por favor dime que aún recuerdas cuando te enseñe a conducir una de estas- se refiere a la moto- sin preguntas, solo espera una hora y te marchas, ¿OK?- asiento.

Me recuerda unas vacaciones en New Jersey, rentó una moto y nos fuimos a escondidas de nuestros padres e Iván, hasta una pista. Ahí me enseñó a conducirla y nos pasamos todo ese verano con nuestras clases secretas hasta que la dominé por completo. Hace rato que no lo pongo en práctica, pero estoy segura que lo recuerdo todavía.

-Confía en mí, por favor y cúbrete el rostro, que no vean que eres una chica- me cubro la cara con el pasamontaña.

-La cara lista, pero y estas como las escondo- se quita la chaqueta.

-Cómo has crecido, granuja- me coloca la prenda encima y ya estoy camuflada.

Se marcha y lo sigo con la vista, este lugar da un poco de miedo. Cruza la calle y continúa caminando hasta llegar cerca del único local que parece tener vida por estos rumbos. Es una especie de bar, tiene un cartel lumínico que dice Paradise y muchas luces neones alrededor.

TODO LO QUE NO QUERÍA (+18) Libro I [EN EDICIÓN]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz