07. Anabella

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ANABELLA

Alguna vez me sentí tan vacía como se podía estar, me sentí incompleta pero ese tiempo termino.

Estoy en la oscuridad de mi inconciencia, pero aun así siento todo el poder que fluye a través de mis huesos, de mi sangre, de todo mi ser. Puedo sentir el poder latente que me hace estar segura de que si lo quisiese destruiría todo a mi paso.

Sentí como si alguien hubiera entrado a mi cabeza y hubiera roto el candado que impedía a mis poderes ser libres.

Desperté de golpe sobre una mesa de madera, toda la sensación de vacío ya no estaba y me sentía tan inmensamente completa que incluso sonreí. Pero la sonrisa duro poco cuando vi a Hans frente a mí, junto con Vadim y una castaña.

—No se me olvida lo que te dije —le gruñí, pero incluso aunque recordara que lo quería volver trizas por dejar que le hicieran eso a Mila mi mente se mantenía serena— ¿Quién eres tú? —le pregunté a la castaña que me miraba tan fijamente, como si estuviera lista para noquearme si me ponía violenta.

—Mi nombre es Chelsea —estiro su mano tocando mi frente, me puse a la defensiva. Hay algo que me está controlando, porque, aunque estoy consciente de la furia y ganas que tengo de destruir todo, mi mente me lo impide. Me siento como un perro con una correa en su cuello.

—Fui quien bloqueo tus poderes y ahora te los devolví —la miré confundida, no recordaba ni un poco de ella—. Soy una iluminada, me he colado en tu mente desde que eras una niña.

—Me has estado manipulando todo este tiempo —ladee la cabeza y me molestaba el no poder hablar con el tono que quería, la correa era demasiado fuerte y me estoy empezando a cabrear.

—No, solo cree un bloqueo en tu mente para que no pudieras usar tus poderes —quito los dedos de mi frente—. No manipulo a las personas. Es una regla de los iluminados.

—Entonces porque en estos momentos estoy sintiendo que me has puesto una correa que me impide hacer lo que quiero —ella sonrió con ironía.

—¿Matarnos? bueno exactamente por eso he creado una retención para ti —se empezó a alejar—. Eres como una bomba, si te suelto el seguro arrasaras con nosotros. No tienes control alguno sobre tus poderes y en estos momentos estamos en crisis como para permitirnos soltarte.

—¿Qué crisis? —respire y trate de ignorar la correa en mi mente. Tiene razón, no se usar mis poderes, podría destruir o dañar y realmente no quiero eso.

—Los Grosverno vienen para aquí —me contesto Hans—. Lucille se ha burlado de ellos y no les agrado mucho eso.

—¿Qué son los Grosverno? —pregunte, tenía una mínima idea ya que había escuchado a Lili renegar sobre ellos, pero jamás me contó detalladamente.

—Son cazadores —me respondió Chelsea—. Cazan todo lo que desean, no tienen límites, acuerdos ni nada. Son un montón de personas malditas que se esconden en quien sabe dónde.

—Los han intentado cazar, pero ellos son mejores en eso —agrego Hans dándome escalofríos. Si se supone que ellos son poderosos, pero no han podido con los Grosverno es porque entonces son el mismo infierno hecho persona.

—Pero al menos si tienen un mínimo de respeto —contesto con sequedad Vadim, parecía estresado—. Me han dicho que si logramos llegar a la isla ya no podrán atacarnos.

—¿Qué isla? —me frustraba que hasta él supiera de que carajos hablaban menos yo.

—Una isla de los Brave, iremos allá —Hans se volteo abriendo un estante lleno de armas—. Pero tendremos que esquivar muchos Grosverno.

Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]Where stories live. Discover now