33. Mila & Gabriel

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MILA

Salí antes de que la pelea terminara y me encerré en el baño del hotel. Fue incómodo correr por la calle hasta llegar allí con la cara destruida, aunque agradecía que mi curación acelerada hubiera bajado mi hinchazón.

Cuando me vi en un espejo tenía la ceja rota y mi cara llena de sangre que seguramente salió de mi boca y nariz. Además, el sabor metálico no abandona a mi boca y dientes que siguen rojizos.

Se supone que me debería lavar la cara y ya, pero no tenía ganas de hacer nada, solo me senté en el piso del baño y espere a que el tiempo pasara.

Me alegre cuando a la media hora escuche la voz de Vad por el intercomunicador. Prácticamente ganamos esta batalla, o más bien ganaron porque no hice nada.

No se trató de que la culpa me invadiera, fue más el hecho de que cuando ese iluminado se subió sobre mí me quedé inmóvil. Mi mente me recordó una y otra vez cada paliza que me gane de los Hansen. No vi a un desconocido, mi mente solo veía a cada Hansen que me golpeó.

Su rostro jamás sería olvidado en mi mente, la manera en que me miraba mientras me destrozada la cara a puñetazos. En dado momento empecé a observar el rostro de mi hermana y el de mi madrastra.

Puede que hayan sido alucinaciones por los golpes, pero las veía a ellas, los sentía con cada golpe. Cada uno de los recuerdos de lo que me hicieron vinieron a mí, y por eso asesine a ese hombre de tal manera.

Prometí asesinar a todo el que me hiciera daño, y él no sería la excepción.

No me pesa.

No me hace sentir culpable.

Me sacia.

Sacia mi hambre de venganza. Los Hansen me convirtieron en esto, estoy bastante loca y dejo de sentir cariño, compasión o cualquier emoción positiva por quien me agrede.

Soy defectuosa porque no siento culpa de matar, ni un gramo. Ellos me convirtieron en esto. Soy un monstruo, y no me siento mal por ello.

Los pensamientos sobre mi manera de ser desaparecen cuando escucho la puerta de la habitación abrirse y no me pongo en posición defensiva porque se quién es, solo a Gabriel le di pase para que entre.

—¿Puedo pasar? —me pregunto detrás de la puerta, pero no quise responder—. ¿Todo bien ahí?

De nuevo no le respondí. Empecé a caminar en dirección a la puerta, pero no la abrí, solo me senté recostándome en ella. Gabriel hizo lo mismo.

De un momento a otro empecé a escuchar una melodía de piano en mi cabeza, después una voz.

I can see your head in the crowd.

Like the sun through the clouds.

You're always turning me inside out.

No sé de dónde proviene la melodía, pero la recuerdo, era la pista que sonaba en una de mis coreografías preferidas en una serie que veía cuando era más joven.

If I was brave.

If I was stronger.

Would you hold the candle longer?

¿De dónde viene ese sonido? —le preguntó finalmente.

—Son recuerdos bonitos que tienes —me dice—. He entrado en tu cabeza y los he encontrado y reproducido para ti.

Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]Where stories live. Discover now