46. Anabella

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ANABELLA

He estado pendiente de todo lo que dijeron a mi alrededor, podía parecer distraída en Vad, pero en realidad lo había oído todo.

Lucien y Gabriel tienen dos perspectivas diferentes y aunque me agrada mucho que Lucien quiera salvarme no quiero sacrificar a todos por mi «¿De qué me sirve estar viva si estaré completamente sola?». Hay muchas cosas que hablar, pero será en otro momento.

Ahora estoy caminando cueva adentro sin una idea de lo que se supone que me encontrare. Mientras los demás alumbran mi camino con linternas, yo tengo mi espada fuera de su funda y apuntó hacia adelante lista para cualquier ataque que se avecine.

Él inició de la cueva había sido poco espacioso e incluso un poco asfixiante. Agradecí cuando al adentrarnos el espacio empezó a crecer, el techo cada vez estuvo más lejos de mí cabeza, sin embargo, el calor aumento de forma terrible.

Mis manos están sudando por alrededor del pomo de la espada y siento como los mechones sueltos de mi cabello se pegan a mi piel por culpa del sudor.

—Se siente como el infierno —me hablo Yionne al lado, ella también está sudando, pero su mano se mantiene en su Katana, lista para atacar en el momento indicado.

—Esto podría ser el mismo infierno —le respondí.

Lo poco que conozco sobre el infierno es que es un lugar hecho para atormentar a quienes caigan ahí. Lili nunca me impuso una religión, ni me esforcé por pertenecer a una. No me interesa atribuirle el mundo a un ser superior, tampoco quiero tan siquiera entenderlo.

Además, en cada religión que pude investigar los seres como yo o eran dioses o demonios, aberraciones que debían ser extintas o señales de que el apocalipsis estaba cerca.

La última no parecía tan desapegada a mi realidad, mi situación en este momento estaba muy cerca de desatar el fin de los mundos «Muy alentador».

Me detuve un momento cuando sentí que mis piernas podrían doblarse por el agotamiento. Vad en estos momentos es casi inútil, a pesar de que Lucille lo había salvado de morir, su cansancio lo hacía dejar de ser un mapa viviente.

Los demás parecen igual de agotados que yo, así que se detuvieron en silencio a mis espaldas. Somos como una larga fila de soldados, Lucille y Vad siempre juntos, Lucien está al lado de Mila montando guardia en la parte trasera, mientras Gabriel se la pasa con su hermano «Sira, él que trató de asesinarme en la playa hace unos meses». Daniel ha estado todo el rato al lado de Faye, me sorprende que para ser el más desconfiado de nosotros luce cómodo al lado de la princesa. El único solo es mi amigo Riven.

Aunque todo el rato a estado tras mi espalda, ocasionalmente lo note volteando la cabeza hacia Faye. Riven dice estar enojado con ella, odiarla por ser una mentirosa, pero su forma de actuar parece no colaborar mucho con su testimonio. Él parece genuinamente preocupado por ella, incluso un poco celoso cuando Daniel y ella rozan sus hombros al caminar.

—¿Quieres? —Yionne me ofreció una botella de agua que recibí con muchísimo agradecimiento.

—Me estaba deshidratando, gracias —tome un largo sorbo de agua y se la devolví, sabiendo que el viaje no terminaría aquí.

—Bell —Yionne me llamo, moviendo su mano en señal de que me acercara a ella. Me moví sobre mis rodillas y quedé muy cerca de ella, mi oído sobre su boca prácticamente—. Siempre estaré a tu lado.

—¿Por qué? —le pregunté en un susurro, Yionne no me debe lealtad.

—Me hiciste parte de esto, me diste esperanza. He tenido una vida corta y miserable y cuando escuche de ti y lo que podía conseguir estando de tu lado me anime un montón. Sin ti perderé toda la esperanza de algo mejor, por eso estoy de tu lado.

Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]Where stories live. Discover now