36. Lucien

163 11 52
                                    

☪•──────•36•──────•☪
LUCIEN

Cuando las personas te dicen que las mínimas cosas los alegran, créanles.

Estoy sentado en el suelo con los pies dormidos, pero me siento bien al observar a Bella con ese brillo en sus ojos, es como si toda la mierda que le ocasione simplemente hubiera desaparecido.

Toda mi vida, o lo que quede de ella cargaría con él peso de hacerla sufrir. Ningún acto que haga tendrá la suficiente fuerza para superar el daño que le hice, sin embargo, luchare tan fuertemente por ganármela que el dolor que le ocasione quedará opacado por cada día feliz que le daré.

A ella no le importa tener monstruos en su vida, así que ahora lo único que quiero es que ella me deje ser el único monstruo en su vida.

Salgo de mis pensamientos cuando el sonido de Vad con su pitillo y jugo se vuelve insoportable. Estuvo molestando con que tenía mucha sed y no se calló hasta que Lucille le ordenó al servicio del hotel traerle una bebida.

—Dios, ya deja de hacer ese sonido —le pido mientras Gabriel le da un calvazo.

—Estamos hartos de ti —asegura Daniel mientras Bella le asegura a Vad que no es así.

—Ustedes dos cállense, que hay cosas más importantes —nos interrumpe Lucille—. Como esto:

Señala la pista sobre la mesa. Es una hoja seca con tierra, pero lo peculiar es el color de la hoja, un color violeta con dorado.

—¿Cómo se supone que esto, es una pista? —pregunta Yionne.

—Estuve estudiándola por mucho tiempo, y llegué a la conclusión de que no sé qué mierdas significa. No hay nada que nos indique un paradero —Mila habla moviendo sus manos, esta estresada.

—Debe haber un mensaje oculto en estas pistas, pero no lo hemos captado —agrega Bella.

—Eso es obvio —Gabriel le habla con fastidio, logrando que lo fulmine con la mirada.

Calma Tigre.

hablan en el interior de mi mente.

Hijo de puta le partiré la cara si vuelve a hacer eso.

Dirijo un gruñido hacia Gabriel que sonríe.

—¿Qué se supone que haremos ahora? —pregunta Vad colocando el vaso de su bebida sobre la mesa.

—Ir en busca de la próxima pista, supongo —Yionne empieza a contar los dedos de sus manos—. Yo digo que vayamos a Colombia, tengo un buen presentimiento sobre la pista.

—Yo creo que está bien —la apoya Bella.

—Sí, vayamos ahí —las apoyo a ambas. Pero me distraigo con el sonido de la risa de Mila y Gabriel.

Necesito paciencia o los botare a ambos por la ventana.

•*'¨'*~ஜ◦•◦✿◦•◦ೋஜ~*'¨'*•.¸¸.•*

Estoy en el avión acomodando mi silla para las próximas horas de viaje, mientras Lucille ve las cámaras de la casa en la isla.

—¿Cómo va Hans? —le preguntó, sabiendo que lo dejó al cuidado de Jorge, uno de los hijos de gloria. Lucille no confía del todo en nadie, pero accedió a mi petición de que el cuide de Hans.

—Igual que siempre, tieso —Lucille me mira y detesto que en este momento me este permitiendo sentir sus emociones—. ¿Crees que alguna vez halle la manera de despertarlo? —su voz está llena de esperanza, tiene su esperanza puesta en mi y me duele tener que ser quien la apague—. Tampoco me gusta que me mientas.

Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]Where stories live. Discover now