Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]

12. Anabella

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ANABELLA

Estoy sentada frente a un lago, es grande y hermoso. El agua es trasparente y brilla gracias al reflejo del sol en el cielo. Siempre me han gustado los días, en especial el de mi hogar. Aunque este es mi lugar favorito porque la laguna refleja lo que más quiero.

Me doy la vuelta cuando siento que alguien me está vigilando detrás de una piedra cerca de la arena blanca. Siempre se esconde tras la roca como si no lo pudiera sentir venir.

En el momento en que lo veo corro y me tiro sobre él.

Me levanto de golpe cuando el sueño se termina «¿Qué carajos?». Nunca había tenido un sueño, y justo hoy he tenido el primero. Trato de restarle atención, pero mi interior se revuelve con añoranza, sea lo que sea que he visto en mi sueño se sintió tan acogedor y agradable que desearía volver a estar allí.

Me está doliendo la espalda ya que anoche me quedé sobre pensando y no me di cuenta en qué momento me quedé dormida sobre el frío suelo de madera.

Trató de pensar en positivo desde que hable con Mila. Tengo que recordarme que los pensamientos malos son intrusivos, pueden hacer que mi perspectiva de la realidad se torne más oscura. No los debo dejar ganar, tengo el control.

Siempre tengo el control.

Me levanto del suelo yendo hacia la mesa de noche que hace conjunto con la cama doble en el centro de la habitación. Se siente extraño estar en una habitación tan vacía, mi anterior habitación solía estar llena de posters y colores, además tenía mi computador y mis notas de recordatorio por toda la pared acompañada de mi montón de fotografías con mis amigos.

Disperso los recuerdos cuando del cajón de mi mesita sacó mi celular, esta sin de carga así rebusco entre mi maleta que deje debajo de la cama. Es una suerte que la haya vaciado ayer mientras llene mi armario de ropa, así encuentro más rápido el cargador.

Conecto el cargador al toma corriente y me siento sobre el suelo mientras conecto mi celular y espero a que se encienda. Estoy justo al lado de una gran ventana que permite ver el frente de la casa. Aún estoy sorprendida de lo gigante que es este lugar y si no estuviera en toda esta situación podría estar gritando de la felicidad con la gran cocina que hay.

Él amanecer empieza a llegar y debo suponer que pronto serán las cinco y empezará el entrenamiento. Aún no sé qué tan horrible será, pero estoy tratando de pensar en lo mejor que puede suceder, tal vez entrenar mantenga a raya mis poderes.

Me he podido mantener en calma ya que he estado soltando pequeños trozos de mi poder a mi alrededor. No son muy fuertes, pero logran mantener mis sensaciones abrumadoras en calma.

Él celular se enciende y el horrible sonido de las notificaciones me atropella. Conté al menos unos cien pitidos en menos de un minuto. La mayoría son recordatorios, uno que otro mensaje de la gente de mi U y el único que realmente me importa es el mensaje de Riven a mi IG.

Riven_Stenceen: Eres una perra maldita, así que me voy un día y ya dejas de responder mis mensajes.

Riven_Stenceen: ¡Mira lo que hago por ti! Me estoy creando una cuenta de IG solo para hablar contigo.

Riven_Stenceen: No me mereces, MIRA LO QUE HAGO POR TI.

Riven_Stenceen: Cómo es que tienes casi mil fotos solo de ti y tus pasatiempos y la única foto conmigo es de cuando chocamos mi auto. Eres una maldita, lo repito

Esos son de hace casi dos días y no puedo evitar la risa que me invade. Siempre he creído que mis amigos y yo somos un buen trio. Riven es el sol, Mila la luna y yo el eclipse.