08. Anabella

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☆•─────• 8 •─────•☆

ANABELLA

Detrás de mi cabeza estaba parado a quien creí que sería un anciano «Cuán equivocada estaba». Es un hombre que no pasa de los veinticinco años, con cabello castaño oscuro y unos ojos del mismo tono de mi cabello.

Él me siguió observando como si le resultara fascinante verme hecha mierda en el suelo. Después de unos minutos por fin me atreví a tocar su mano, él la apretó con fuerza ayudándome a levantar.

Observe todos los cadáveres a mi alrededor «Muertes que yo había ocasionado» voltee para observar a Lucien esperando algún comentario que me hiciera recordar que ahora soy una asesina. Pero no llegó, él solo se limitó a preguntar:

—¿Dónde está Hans? —la presión se me bajo al recordar lo que había pasado, cosas que en realidad no deseaba recordar, porque me dolía el pecho de solo pensar en eso.

—Soy la única —respondí con amargura mientras mis ojos se llenaban de lágrimas—. Fui la única a la que no pudieron matar.

—Supones mal —me respondió y quise gritarle que observé lo que les hicieron, pero él me interrumpió—. Todavía puedo sentirlos.

—¿Cómo? —una esperanza floreció en mí— ¿También eres un Médium?

—No, soy un oscuro, sin embargo, puedo percibir las emociones. En eso se basa mi habilidad. Y estoy sintiendo mucho dolor y frustración, y eso no es de ti —abrí los ojos al entender que no estaban muertos— ¿Dónde están? —volvió a preguntar.

—Estaban cerca de mí —moví mi cuerpo de un lado para el otro tratando de ubicarme entre el bosque. No había notado que tan lejos me había mandado ese Grosverno.

—Vamos entonces —asentí. Antes de irme volteé a ver los cadáveres a mi alrededor, sentía asco por lo que hice. Mi primer asesinato.

Ya no sentía una correa, ahora soy yo quien lucha por mantener esos poderes a raya «No creo poder controlar tal magnitud de poder». Las sensaciones en mi piel y en mi ser me abrumaba, pero trato de fingir que todo estaba bien conmigo «No me veré vulnerable ante alguien que no conozco».

—Se lo merecían —aseguró él.

—Si —era verdad. Se lo merecían, sin embargo, eso no hacía que me sintiera menos enferma por lo que hice.

Estuvimos caminando por un buen rato e inevitablemente me asustaba cuando una rama crujía bajo mis pies «Sentía que los Grosverno podrían volver».

Ya empezaba a perder la esperanza de hallarlos, pero Lucien puso su brazo en mi camino para detenerme cuando los cuerpos aparecieron y sin poder contenerlo solté un gemido de asombro o dolor, no lo sabía. Sobre la tierra estaba Hans con sus ojos cerrados y una lanza que atravesaba su abdomen, y a su lado estaba Chelsea llena de flechas, por su abdomen, por sus piernas y por su rostro.

—Ella... —Lucien negó con la cabeza entendiendo mi pregunta sin necesidad de que lo dijera «No está viva». Lloré un poco por ella, porque no merecía esa muerte. Ella solo nos defendió y así acabó con su vida.

—Hans sigue respirando —aseguró Lucien—. Una lanza no podría matarlo tan fácil... No entiendo por qué entonces no se ha levantado —me miró y yo negué con la cabeza limpiando las lágrimas que se me habían salido, tampoco entendía por qué no despertaba— ¿Hay alguien más con ustedes? Todavía puedo sentirlo —asentí con la cabeza, Vadim estaba debajo de Chelsea.

Contuve mis ganas de vomitar cuando observé la herida fatal de Chelsea y moví su cuerpo para sacar el de Vadim «Debe estar inconsciente» porque de otra manera se movería, pero me lleve una sorpresa cuando lo vi con los ojos bien abiertos, respiraba normal, pero solamente estaba resignado en el suelo, como yo lo estaba hace un rato... Así que le extendí la mano.

Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن