14. Gabriel

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GABRIEL

Los entrenamientos con estas personas seguían, la primera semana había terminado y al menos ya no respiraban tan mal «O como perros ahogados» según la pelirroja. Aún son patéticos, sin embargo, tenían ganas de dejar de serlos y eso era bueno.

Me encaminé al comedor en medio del patio donde estaban los tres hombres de mi equipo acomodando planes.

—Lucille menciona que todos los equipos se están preparando al igual que nosotros. Nadie cederá ni dejará que sea un camino fácil —habló el de ojos rojos.

—¿Cómo es que sabe esa información? —les pregunté.

—Lucille es una de nuestras mejores espías —me contestó el Brave. Tenía que confesar que me sorprendían las habilidades de las mujeres en mi equipo: Espías, guerreras y poderosas.

De donde yo vengo a las mujeres las han retenido por tanto tiempo que han empezado a dejar que las tenga en ese lugar. Aunque hay sus excepciones «Rebeldes» que se cuelan en el torneo para volverse resilientes, siempre termina mal gracias a la persona que gobierna el lugar donde solía habitar.

Todos allá tienen un valor que se reduce a tu talento. Me vieron como una máquina que les podría asegurar ganar en caso de una guerra, excepto una persona que deje atrás.

—La primera pista está en las vegas —habló el oscuro de nuevo—. Será nuestro primer destino y tendremos que estar en las mejores condiciones porque, aunque no sepan cómo hallar la pista que los conducirá al siguiente objetivo están muy alerta. Debemos saber combatirlos o perderemos.

—Pero si elaboramos un buen plan tal vez combatir no sea tan necesario —sugirió el rubio y todos le pusimos cuidado—. Un buen plan, con distracciones y puntos establecidos para lograr salir con la pista podrían evitar el combate.

—¿Tiene razón? —me habló el Brave como si necesitarán mi aprobación.

—La tiene, sin embargo, no evitará que los siga entrenando. Deben saber defenderse.

—Lo sé, y es lo que haremos todos. Solo digo que si tenemos mejores planes las cosas podrían ser menos salvajes, al menos con nosotros —tenía un buen punto, pelear es mi fuerte y también mi debilidad es mi impulsividad. Podría ir ahora mismo e intentar obtener la siguiente pista sin medir ninguna consecuencia.

—Vadim tú me ayudarás en la estrategia, eres inteligente —le ordenó el oscuro.

—Prefiero que me llamen Vad, Vadim es demasiado formal.

—Bien —contestaron a la vez el Brave y el oscuro. Sin embargo, el ruso volteo a mirarme esperando mi respuesta, y estuve a punto de decirle algo hasta qué me interrumpieron:

—Al bruto animal no le gusta memorizar nombres —contestó por mí la rubia fastidiosa que cruzaba el patio trotando.

—Ella me agrada —aseguró el ruso con una sonrisa que me dan ganas de derribarlo y no encontré una razón lógica para eso.

—A mi igual, es menos desagradable que mi sobrina —aseguró el oscuro, y mis niveles de enojo aumentaron.

—Concuerdo —ahora el que hablaba era el pequeño Brave «¿Por qué no pueden mantener su boca cerrada sobre ella?».

—Me da igual —mentira.

Con ella en este lugar no me he dejado de sentir asfixiado, algo se está atando a mi alrededor y el agobio solo disminuye cuando estamos cerca, como ayer cuando la obligue a pelear conmigo.

Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora