Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]

43. Anabella

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ANABELLA

De no ser porque me tienen el suficiente aprecio cada uno de ellos me habría dado un golpe sin contemplación. He metido a Faye en nuestro grupo sin preguntar antes y lo peor es que no me arrepiento de nada.

Por obvias razones no confían en la princesa, es una traidora que en cualquier momento podría dañar todo lo que hemos conseguido. Por lo mismo fue que Faye decidió darnos una muestra de fe como seguro de que esta de nuestro lado.

—Es algo que los Grosverno han estado ocultando por siglos. La razón detrás de sus movimientos extraños y veloces —ella habla en el centro de la habitación y es admirable como a pesar de que es obvio que esta herida emocionalmente no titubea ni una sola vez.

Él poder que vi hace unos momentos vuelve a hacerse presente. Es como una tormenta que trata de tomar forma en sus manos. La princesa empieza a expandir sus manos al igual que lo hace su poder, y me sorprendo cuando una nube pálida se hace visible con cada centímetro que gana de ancho para el final revelar el bosque detrás de mi casa.

—¿Qué has hecho? —preguntó a la defensiva.

—Portales —responde Yionne quién se acerca con fascinación a la nube que permite ver el bosque detrás de mi casa.

—Por eso es que se mueven tan rápido —habla con compresión Daniel.

—Exacto. Pocos saben de esta habilidad ya que mi línea familiar es la única capaz de crear portales. Se los he revelado, el mayor secreto que tengo así que si no toman esto como fe de mi lealtad hacia ustedes no sé qué más hacer —Faye se va de nuevo hacia una de las esquinas de mi casa.

Sinceramente no sé qué pensar, sé que la quiero en mi equipo, pero no puedo confiar del todo en su lealtad y no me ayuda el que Mila este tan reacia a ella. Mila no dice nada, pero su expresión me hace saber que no está de acuerdo.

Por eso mismo decido tomar la vocería y demandar algo que no creí hacer.

—Faye está en nuestro grupo, matará por nosotros, servirá a cada uno que este aquí. Ella asegura su lealtad y yo aseguro que no nos traicionara o de lo contrario yo misma la asesinare —hablo como una psicópata ¿Desde cuándo se supone que soy así? En qué momento me convertí en alguien capaz de amenazar de muerte y no sentir culpa.

De cualquier manera, no me arrepiento y sé que he hecho bien cuando Daniel y Yionne se ponen de mi lado, aceptando a la princesa en el equipo.

—Está bien, tu sabrás la mejor decisión —Gabriel me apoya al igual que Lucille y Vad.

Lucien no necesita hablar ya que se pone detrás de mí y apoya su mano sobre mi hombro como símbolo de su apoyo a mí. Al final la única persona que no ha dado un veredicto es Mila, y no lo hace ya que se da la vuelta y va hacia el segundo piso de mi casa.

Se que todo esto es complicado para ella. Recientemente ha descubierto que es un ser poderoso, una invocadora de luz. Además, su madrastra y familia por fin están recibiendo lo que se merecen. No la culpo por no poder dar un veredicto hacia Faye.

Decido subir a mi cuarto, sabiendo que ahí deben estar mis dos mejores amigos. Cruzó el pequeño pasillo y con cuidado abro la puerta que conduce a mi habitación. De reojo observó el cuerpo dormido de Riven y encima de él está Mila quien lo abraza con fuerza «Como si tuviera miedo de que se lo volvieran a llevar».

—Lo lamento mucho —susurré casi como un sollozo, me duele demasiado haberlos metido en todo esto, ellos no merecen pagar las consecuencias de mis actos.