• Memories: Nightmares •

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» Memories: Nightmares.         
 
             
             

Increíblemente cansado, después de semanas de constante entrenamiento y estudios arduos con los tutores personales para cumplir con todas las exigencias de su padre, Diluc siempre caía rendido sobre su colchón.
             

Había noches en donde ni siquiera se colocaba el pijama debido al cansancio del día y es que el hecho de iniciar sus prácticas para controlar su visión pyro, ya le provocaba un dolor de cabeza intenso. La exigencia extra, de mantener sus emociones encasilladas, ya que no poseía esa habilidad innata, y poder visualizarlo en su nueva arma en llamas, sin quemarse, era todo un desafío.
             

Esos días de agotamiento extremo era donde más extrañaba a su madre. A veces, deseaba recibir una sutil caricia sobre sus rizos rojos, escuchando cumplidos y cariños con su delicada voz que poco a poco olvidaba.
             

Entre cálidas imágenes de esa bella mujer y palabras que nunca volvería a oír, caía en un sueño profundo.
             

Pero una noche, especialmente agotadora, un suave golpe en la puerta de su habitación le hizo fruncir el ceño en un claro gesto de molestia durante su inconsciencia.
             

¿Quién era capaz de perturbar su sueño a esas altas horas de la noche?
             

—Adelante… —Gimió con la voz ronca por el sueño, manteniendo los ojos cerrados y dándole la espalda a quien sea que haya entrado a su habitación.
             

Quizá era Adelinde, que deseaba dejarle la ropa sobre la silla de su escritorio para el día siguiente o quizá su padre, quién no lo había visto durante la cena y deseaba brindarle las buenas noches incluso si ya se había ido a dormir horas atrás.
             

Pero ninguno de los dos era la persona que había entrado.
             

—¿Luc…?
             

La voz de Kaeya había sonado suave, sollozante, como si hubiera pasado algo horrible allí afuera mientras descansaba y hubiera corrido hasta su pieza muerto de miedo, aterrorizado hasta tal punto que no había podido conciliar el sueño.
             

—¿Kae? —El pelirrojo se sentó con torpeza sobre su cama, con el cabello largo y rizado, revuelto como un nido de pájaros. Al parecer, había olvidado desenredarlo y seguro se quejaría de ello a primeras horas de la mañana, cuando fuera a ducharse y tuviera que cepillarlo por varios minutos antes de atarlo. —¿Qué ocurre?
             

El moreno bajó la mirada mordiéndose el labio inferior, fijando su único ojo visible en cualquier punto de la habitación, evitando a propósito enfrentarse a la somnolienta mirada de Diluc, quién había comenzado a restregar sus párpados con el dorso de su mano para intentar despertar y darle mayor atención a su inesperada visita.
             

El silencio constante de su hermano menor y el casi imperceptible sonido de un sollozo ahogado provocó que todas las alertas se disiparan en el mayor, quién pareció entender casi de inmediato de qué iba todo.
             

Al parecer, no era el único que tenía un mal dormir de vez en cuando.
             

—¿Tuviste una pesadilla, verdad? —Preguntó en voz baja, como si no quisiera asustar a Kaeya quien rápidamente se abrazó así mismo, desolado.
             

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Where stories live. Discover now