• Present: Investigation •

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» Present: Investigation.
                    
          

La idea de no tener información fidedigna de aquella expedición en Espinadragón le inquietaba bastante y no sólo porque podría significar que Mondstadt estaba en inminente peligro, si no porque una corazonada incómoda le indicaba que quizá Kaeya estaba mucho más involucrado de lo que debería en ello.
          

Un pensamiento turbio cruzó su mente y el recuerdo de aquella discusión bajo la lluvia, en su décimo octavo cumpleaños, lo obligó a recordar palabras que le habían causado un dolor que aún era difícil de sobrellevar.
          

Kaeya había nacido en Khaenri'ah, una ciudad oscura que había sido aniquilada hace 500 años atrás.
          

Si había llegado al Viñedo del Amanecer cuando tan solo era un niño, no había sido coincidencia, todo había sido planeado para algún propósito que aún no era capaz de descubrir y que el menor ni siquiera recordaba del todo.
          

Se quitó su máscara de búho y la lanzó sobre la cama luego de escalar hasta el segundo piso de la bodega, entrando a su habitación que tenía la ventana estratégicamente abierta gracias a Adelinde.
          

La doncella tenía una especie de sexto sentido como para adivinar cuando el joven saldría a hacer a alguna ronda nocturna y preparaba todo para que su llegada fuese lo menos bulliciosa posible, sin importar la hora.
          

Tendría que darle un aumento de su salario si ella seguía siendo tan atenta incluso con sus actividades clandestinas.
          

Miró el cielo a través de su enorme balcón, suspirando profundamente al no ver ningún rastro de Flame, al parecer, su halcón aún no había sido enviado devuelta con la información solicitada, así que esperaba que al otro día, a primera hora, su ave estuviese allí esperando ser atendida.
          

-Necesito darme una ducha. -Fue lo único que dijo mientras la imagen de un Kaeya, completamente asustado de su cercanía, aparecía en su mente.
          

Que sensación más extraña e incómoda.
          

          * * *
          

Durmió solo un par de horas y Kaeya consideró que era todo el descanso que necesitaba para ir otra vez a Espinadragón en busca de Albedo.
          

Necesitaba comentar sobre los descubrimientos del día anterior y quizá pedirle que nuevamente fueran a observar el lugar con mayor tranquilidad.
          

El hecho de que Amber estuviera allí le impedía comentar sus pensamientos como realmente quisiera.
          

No quería darle ninguna señal a la joven de su vínculo con Khaenri'ah.
          

Llegó al campamento del alquimista en menos tiempo de lo pensado. Debía hacer el recorrido del día anterior con mayor rapidez al no poseer una fuente segura de calor, así que se precipitó en una carrera contra el tiempo, esquivando a la mayor cantidad de enemigos que pudiera.
          

Cuando llegó al lugar, Albedo estaba ahí, escribiendo con tiza blanca en su enorme pizarra de trabajo.
          

Las runas Khaenri'ah estaban dibujadas, perfectamente apiladas, tal y como las habían visto ayer.
          

-¿Qué tal?
          

El rubio se volteó sobre sus talones con la misma expresión taciturna y desinteresada de siempre, no parecía molesto por su interrupción, pero estaba seguro que tampoco esperaba su llegada tan repentina.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum