• Present: Constellation •

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» Present: Constellation.
                    
          

Luego de una ducha excesivamente larga, Diluc se preparó para cubrir el turno que le correspondía en la taberna.
          

Por alguna extraña razón se sentía en paz consigo mismo, mucho más tranquilo, pese a la cantidad de problemas que aún no tenían solución.
          

Mientras sumergía su pálida piel cubierta de cicatrices en el agua tibia, pudo meditar la cantidad de acontecimientos que había vivido las últimas veinticuatro horas y no pudo evitar enrojecer como un adolescente.
          

Había sido impulsivo, había actuado bajo sus instintos y había terminado besando a Kaeya.
          

Y no solo eso, incluso compartieron una noche de intimidad juntos.
          

-Por todos los malditos arcontes... -Susurró para sí mismo mientras frotaba su frente, masajeándose la sien mientras sus pómulos seguían igual de encendidos como dos faroles en pleno festival. -No puedo creer que haya sido tan temperamental.
          

¿Estaba arrepentido de lo sucedido?
          

Por supuesto que no, lo había disfrutado como nunca y si era honesto consigo mismo, debía admitir que quizá era algo que necesitaba para quitarse el estrés de encima y distraerse de aquella lucha inminente con el abismo.
          

Podría haber sido con cualquier chico, pero nunca había tenido interés en iniciar algo sexual que durara solo una noche.
          

Al final, supo que seguía siendo un privilegio de Kaeya, y que no iba a ser capaz de besar a nadie, ni mucho menos tener sexo, si no tenía un sentimiento amoroso hacia esa persona.
          

-Maldito capitán ineficiente. -Se atrevió a susurrar con los dientes apretados mientras observaba sus manos, cubiertas de cicatrices y marcas que había amado a lo largo de todo su cuerpo por horas.
          

Nunca se había sentido tan deseado y querido en mucho tiempo, y la verdad es que se sintió bien luego de tanta soledad y frialdad a su alrededor.
          

La conversación que vino después le causó un poco de angustia mientras pensaba en ella, pero consideró que era necesaria.
          

Sabía que Kaeya había sufrido mucho durante su partida, pero nunca imaginó que se había aferrado a su visión Pyro como si su vida dependiera de ello, observando el resplandor de la gema para asegurarse de que aún se mantenía respirando.
          

La culpa subió desde su estómago hasta la garganta, y las ganas de vomitar le hicieron fruncir los labios al instante.
          

No era una sensación agradable, pero aún así estaba agradecido de la sinceridad que lo dominó en ese instante, obligándolo a expulsar todo lo que tenía atorado dentro hace bastante tiempo.
          

Le hubiera gustado haberle dicho muchas cosas en respuesta a ellas, pero la verdad es que no estaba preparado aún.
          

Ni siquiera pudo besarlo estando consciente de sus verdaderos sentimientos.
          

Sentía que no merecía aquello, no cuando todo estaba demasiado reciente y las heridas de ambos aún estaban abiertas.
          

Al menos era un buen inicio y eso lo animó un poco.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora